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El domingo titánico de Elvis Suárez

El zaguero del Viera acudió al partido sin poder dormir tras preparar y presentarse a unas oposiciones por las que llevaba esperando nueve años

  • GENTE CON DUENDE
  • 24/06/2019 - 12:22
El domingo titánico de Elvis Suárez Elvis Suárez en dos escenas: antes de las oposiciones de Magisterio y tras el partido contra el Cádiz (ES/C. Torres)

Manuel Borrego


El mérito del modesto Unión Viera y de muchos equipos de Canarias que han logrado pisar la promoción de ascenso a Segunda B es incalculable. El esfuerzo del club y el de cada uno de sus miembros pasa inadvertido porque lo que importan son los sucesos sobre el verde. Pero tras los partidos hay una colección de hazañas individuales.


Elvis Suárez (30), el defensa central del equipo de Ciudad Alta, es un vivo ejemplo para ilustrar el carácter amateur absoluto de un colectivo de deportistas que se vuelcan en una pasión. Este fin de semana jugó el encuentro de ida de la promoción de ascenso contra el Cádiz B (0-2), un rival profesionalizado. Pero esta vez afrontó su propio domingo titánico, sin poder dormir, con los nervios propios del momento que había estado esperando durante nueve años.


Todo se produjo el 23 de junio. El día amaneció para él sin haber podido pegar ojo. "Porque tras los aplazamientos de 2011, 2013, una prueba reducida en 2015 y de nuevo el salto de 2017 se habían convocado las oposiciones de Magisterio. Y en mi caso en la especialidad de Educación Física. 1000 personas para 125 plazas en las islas. Estaba esperando este momento durante mucho tiempo y, al margen de lo que ya había preparado, decidí encerrarme tres días en casa para los últimos detalles".


A la hora prevista, Elvis acudió al CEIP de Miller Bajo para su prueba de la que "quedé satisfecho". Pero "terminé a la una y media. Regresé a casa pero ya no podía dormir. Intenté descansar para ir al partido" que comenzaba a las 18.30 horas en el Alfonso Silva. "Pero no pude cerrar los ojos ...".


Elvis, titánico también él, jugó al completo los noventa minutos pero "después de la primera hora de juego estaba tieso. El cansancio, la fortaleza física del rival, los nervios, ... todo junto. Se me subieron los gemelos. Temí una rotura. Acabé caminando con las piernas como palos para salir del campo. Hicimos un gran esfuerzo en el partido, con un rival que fue muy exigente. Todo se juntó".


Y decidió no llevar a cabo el tercero de sus cometidos dominicales, como era trabajar en el taxi que lleva a casa la cesta de la compra. "Era demasiado ya. Volví a casa para intentar dormir. Fue imposible. Me llamó un amigo y preferí salir para dar una vuelta a ver las Fiestas de San Juan. A las cuatro al fin, he podido descansar hasta mediodía del lunes".


Ese tiempo le ha dado para pensar en lo que sucedió frente al filial del Cádiz, donde se conjugó un mal día del Viera y las hechuras de un buen rival. "Pero iremos a la vuelta a darlo todo. La ilusión no está perdida y en el fútbol pasan cosas que no están previstas. El Mallorca sin ir más lejos. Ahora no tenemos presión y ya conocemos mejor a nuestro rival", pronostica.


Será otra dura semana, la última. Con más incertidumbre. Víctima del propio éxito del club es el portero Alex Guanche. El viernes 28 de junio tiene en su agenda una cita marcada en rojo: contrae matrimonio. Y ya tenía organizado desde meses atrás la celebración del mismo. No estará el portero ante el Cádiz B en la vuelta, pero Jero Santana reinventará al Viera en el epílogo de la mejor temporada de un pequeño gigante del fútbol canario.

 

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