El colegiado Hernández manda a vestuarios a los jugadores del Santa Úrsula (C. Torres)
B.P.
Todo había acabado con normalidad después de una larga batalla en el terreno de juego. Los jugadores se daban la mano en el centro del campo, los aficionados aplaudían y se producía la despedida tranquila. El gol del empate del Villa (3-3) había llegado en el descuento.
Sin embargo, en el túnel antesala de los vestuarios, una voz apareció para recriminar algo a la plantilla del Villa: "¡Sigan llorando!. Se han pasado toda la semana llorando en Tintaamarilla".
Cuentan testigos que ese mensaje, que se había escuchado ya sorprendentemente en el terreno de juego por parte de algunos jugadores del Santa Úrsula, procedía de boca del entrenador tinerfeño, Luis García. Estuvo en las gradas de Los Olivos, al cumplir dos partidos de sanción, pero en último instante cuando todo estaba en calma se escucharon esas palabras en la parte baja de la instalación ... y una mecha se encendió.
En el regreso de los jugadores se produjo algún tono en alto, cuentan que alguna mano, empujones, ... Los técnicos García e Israel Quintana, incluso directivos de ambos clubes, se emplearon para devolver de nuevo la tranquilidad. Incluso el colegiado Hernández hizo sonar su silbato una vez más. Poco a poco, con algún gesto y palabra sobrante, todo volvió a estar en calma. Les vino como anillo al dedo una buena ducha fría.