Del proyecto de 2015, el rastro
23/07/2018

En tres años, con el mismo objetivo, la UD Las Palmas modifica una veintena de piezas antes del última órdago lanzado al mercado de jugadores para reforzar la plantilla de Manolo Jiménez

B.P.

El órdago lanzado este fin de semana por la cúpula y servicios técnicos de la UD Las Palmas, anunciando una nueva oleada de fichajes tras el examen de Manolo Jiménez a la plantilla que ha iniciado la preparación, rescata la metamorfosis tan profunda de la que ha sido objeto el colectivo de profesionales que hace tres veranos lograron el ascenso.

Pendientes de conocer el destino o la situación de varios jugadores, como son los casos de Raúl Lizoain y Simón, del equipo que subió con Paco Herrera ya no se encuentran en el grupo una veintena de futbolistas: por causar baja definitiva colgando las botas en el fútbol profesional (Angel, Valerón o Nauzet Alemán), por ventas (Jonathan Viera y Roque Mesa) o por salidas a distintos destinos (Casto, Aythami, Hernán, Culio, Marcelo Silva, Guzmán Casaseca, Alfredo Ortuño, Cristian Fernández, Asdrúbal, Nili, Benja Martínez, Jesús Valentín, Héctor Figueroa y Dani Lorenzo (cuatro convocatorias). Ello sin contar a otros canteranos que estuvieron cerca aunque no llegaron a participar en el torneo de Segunda División.

David García, Javi y Dani Castellano, el retornado Araujo, Vicente Gómez, Momo, Tana y, hasta que se diga lo contrario, Raúl y David Simón son esa última resistencia del colectivo del ascenso, perdiéndose también el rastro en el club del propio entrenador Paco Herrera y parte de su cuerpo técnico. Incluso en los despachos.

La renovación del proyecto para buscar el mismo objetivo es muy profunda. La categoría también ha cambiado, pero no la exigencia.

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