Benito y el martizallo al cascarón

Manuel Borrego

Posiblemente sea Benito Ramírez la zurda de filiales de la UD Las Palmas que más expectativas ha levantado en el último lustro, por no decir decenio. Hablamos de un jugador que en las dos últimas temporadas en Las Palmas Atlético ha multiplicado su producción de asistencias, ha logrado que el equipo y compañeros de ataque mejoren resultados, y ha decorado su fútbol con goles de belleza propia para levantar de los asientos a los seguidores amarillos.

Ese Benito, en su proyección más elevada, no se ha visto aún ni se ha insinuado en sus seis participaciones con los profesionales de la UD Las Palmas. Podríamos considerarlo como un hecho cargado de lógica. Porque, sin duda, tampoco el escenario del primer equipo era propicio para ello.

Pero el aldeano es ahora el jugador de cantera que tiene un privilegio por el que pelea una legión de compañeros de la fábrica amarilla: gozará de dorsal entre los profesionales de Manolo Jiménez, un técnico que también tendrá que descubrirle.

De las virtudes de Benito saben en Tercera y ahora en Segunda B. Los equipos del grupo IV ya se organizaban para intentar frenar su juego "como sea" en determinadas zonas del campo. Esas cualidades de tan marcado rango ofensivo surgen como explosión de alegría cuando el futbolista ha gozado de una autoestima elevada. La confianza en su fútbol es determinante en él. Por eso, ha llegado este verano la hora de romper ese cascarón.

Hasta ahora, Benito ha sido un jugador en la Unión Deportiva en función de un guión al que había llegado como recurso. Desde la próxima semana, tendrá un propio papel que asumir. La barrera de la timidez debe caer desde este verano para ganar galones en un proyecto donde podría convertirse en un jugador sorpresa. Su aliado es la calidad técnica, la velocidad y un disparo del gozan pocos. Y puede ser el jugador sorpresa porque de la capacidad ofensiva que hay en él todavía no la conocen los futuros rivales amarillos.

Ha sido duro para Benito, como tantos otros jugadores de la cantera, llegar hasta donde ha llegado. Este martes sonreía con los pulgares hacia arriba al realizar su examen médico previo al gran momento de la verdad. No habrá falta convencerle de que ese no es el objetivo, sino la meta volante. Si Benito saca esa pierna zurda a pasear en la Liga, en la Segunda División se hablará y mucho de la Aldea de San Nicolás. El primer golpe de pica lo tiene que dar él.