La previa

Una UD agonizante pasa consulta con Setién

Manuel Borrego

El fútbol tiene estos retorcidos argumentos. Quique Setién el hombre que llevó hasta la mitad de la pasada Liga a hacer soñar a la UD Las Palmas con una clasificación para el fútbol continental será el que pase consulta este jueves a un equipo agonizante, al que no reconocerá de aquella primera parte de la pasada temporada. Aunque sí comprobará en el equipo rival de este partido el agravamiento de los síntomas posteriores que se iniciaron en su ciclo como entrenador amarillo y que no han podido cortar los posteriores que le relevaron en el cargo.

Las Palmas acude al Benito Villamarín para agotar sus últimas municiones, en medio de una polémica constante que se sale del tiesto con las últimas declaraciones del técnico que está en la nave y que no logra controlar un timón que sigue dando vueltas alocadamente.

El final de la Liga es dramático y, por el comportamiento táctico del propio conjunto grancanario, está preñado de impotencia. Porque nada ha cambiado en las últimas jornadas salvo el declive innegable de una plantilla que ha perdido la moral.

Las Palmas sigue tratando de afrontar los partidos con una manera de entender el fútbol que desde hace mucho tiempo ya no le corresponde. Aún no se ha percatado, ni le han inducido a ello desde el banquillo, que el estilo de entender defensivamente el juego tan osado, con tantos espacios para los rivales, está siendo la losa que puede tapar definitivamente la campaña.

Y el Betis, en un gran estado de forma y con muchos jugadores en alto grado de confianza, es uno de los rivales que mejor pueden sacar provecho de estas lagunas anímicas y tácticas que han alcanzado el estado agudo en el momento decisivo de la campaña.

La formación para el partido, según anticipó Paco Jémez, no cambiará en exceso a lo presenciado la última semana. La vuelta de Gálvez y la salida, por razones técnicas, de Tana Domínguez son los dos puntos en rojo de un once al que se le agotan las horas en Primera División.

La agonía es larga, pero la esperanza siempre será lo último que morirá.