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Semifinales

La maldición del anfitrión continúa

Un renacido Barça arrebata el día de gloria al Gran Canaria, que no se encontró a sí mismo en el Arena (74-87)

  • COPA DEL REY
  • 17/02/2018 - 21:41
La maldición del anfitrión continúa Eriksson celebra uno de sus triples ante Pau Ribas, en el encuentro de semifinales de la Copa del Rey disputado este sábado (C. Torres)

Manuel Borrego

La historia le negó al baloncesto de Canarias la posibilidad de una fiesta completa o a medias. El Tenerife Canarias, primero, y el Gran Canaria, después, cedieron este sábado los dos billetes de la final ante el Real Madrid y FC Barcelona. El clásico del baloncesto español se repetirá este domingo (17.30 horas) en el Gran Canaria Arena, para conocer la vitrina donde acabará el trofeo de la Copa del Rey.

El Gran Canaria no pudo superar a un coloso renacido como es el FC Barcelona que ha actuado en el octogonal de la isla. Los amarillos tuvieron pocas opciones ante un rival que apenas dejó espacios para la sorpresa, pese al aliento incondicional de los seguidores.

El equipo de Luis Casimiro no estuvo al nivel ofensivo que requería la cita con los azulgrana. Salvo Eriksson, motivado ante su anterior escudo, el resto de los jugadores tuvieron un acierto insuficiente, bajando la puntuación de los amarillos hasta niveles impropios de su capacidad esta temporada.

No quería sorpresas

El partido pintaba peligrosamente azulgrana desde el comienzo. El poderoso equipo catalán salió a la pista como zapadores, para desactivar todo lo que tuviera preparado el Gran Canaria. Con una explosividad colectiva que no se le había visto en la Liga, el Barça metió gas para controlar por dentro y por fuera al Gran Canaria. Y para encontrar filones al contragolpe. Sus primeras ventajas llegaron con pérdidas/robos y carreras.

Al Gran Canaria le volvía a ocurrir algo similar a su partido de cuartos de final, contra el Fuenlabrada. Le costaba interpretar la manera de abordar a su oponente. No encontraba la chispa hasta que se vio diez puntos por detrás en el marcador.

Per no apareció la alerta. El reajuste total llegó la inspiración suprema del sueco Marcus Eriksson. No estaba helado ante su ex equipo. Se olvidó de los dolores de semanas atrás y, enchufadísimo, convirtió cuatro triples consecutivos que llevaron al Gran Canaria a disfrutar de su mejor parcial.

Eriksson tenía muchos puntos reservados en su muñeca. Y despertó en las gradas el entusiasmo que necesitaba el equipo para voltear el marcador. Un quinto triple suyo en en ese segundo cuarto tan mágico, dejaba el tanteador a favor de los amarillos 39-37, para redondear la faena con una bandeja tras captura de rebote.

El Gran Canaria pasaba de víctima desorientada por momentos a dominar la situación con un público volcado con sus jugadores. La preocupación al descanso de Pesic era evidente porque el equipo anfitrión había despertado a tiempo. Y lo hacía con la energía y talento como no se había visto en el octogonal hasta el momento. Porque el efecto Eriksson fue contagioso para sus compañeros, que ganaron en confianza para el resto de la contienda.

El Barça tuvo una segunda oportunidad

Pero el partido, cuando mejor aspecto tenía para el Gran Canaria, volvió inesperadamente a sus orígenes. El Barça salió de nuevo enchufado en el tercer cuarto y con un parcial 0-11 en él se colocó de nuevo a diez de distancia (59-49) con un rival sin brújula por momentos. Esa falta de concentración ante un rival que castiga todo le costó al Gran Canaria un disgusto, con la obligación de una segunda remontada.

La ‘Bomba' Navarro sacó entonces veteranía. Con su oficio frenó al Gran Canaria y logró repartir juego. Los últimos segundos del cuarto generaron aún la diferencia mayor para los azulgrana porque firmaron un nuevo parcial con triples de Ribas, Navarro y uno in extremis de Claver, para viajar hasta el -12 (56-68) que dejaba a los amarillos con un pie fuera de la final. Huertel fue fundamental para su equipo, con 14 asistencias a sus compañeros, un goteo que aprovecharon bien sus compañeros.

El Barça tuvo oficio para controlar nervios y mantener a un Gran Canaria que ya no encontró la inspiración de Eriksson ni del resto de sus jugadores. Cedió el paso peleando hasta el último balón, pero no era su tarde. La gloria se le volvió a escapar entre los dedos otra vez. Y en casa, donde más se recordará.

Alineaciones:

Gran Canaria: Mekel (2), Brussino (8), Rabaseda (2), Balvin (3), Aguilar (11) -equipo inicial-, Oliver (5), Eriksson (25), Seeley (2), Pasecniks (10), Radicevic (3), Fischer (0) y Báez (3)

Barcelona: Huertel (13), Sanders (8), Koponen (4), Tomic (6), Moerman (7) -inicial-, Pau Ribas (12), Pressey (0), Hanga (12), Vezenkov (0), Oriola (14), Claver (8) y Navarro (3)

Arbitros: García González, Conde y Calatrava

Parciales cada diez minutos: 15-21, 43-41, descanso, 56-68 y 74-87

9.844 espectadores en el Gran Canaria Arena, para la resolución de la segunda semifinal de la Copa del Rey.

Galería de fotos: C. Torres

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Eriksson celebra uno de sus triples ante Pau Ribas, en el encuentro de semifinales de la Copa del Rey disputado este sábado (C. Torres)