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Una tormenta perfecta ... sin brújula

  • CRÓNICAS
  • 02/12/2017 - 18:45
Una tormenta perfecta ... sin brújula Alineaciones probables del UD Las Palmas-Betis, este domingo en el Gran Canaria

Manuel Borrego

Decíamos hace unas fechas, con semanas de anticipación, que el partido que se programaba con la visita del Real Betis al Estadio de Gran Canaria podría convertirse en una tormenta perfecta. Léase: todos los condicionantes adversos dirigidos en una sola dirección, dispuesto a causar una riada de acontecimientos. Pero la semana, con la Copa incrustada entre dos partidos de Liga, ha dado para mucho en cada una de las entidades que se citan este domingo.

La tormenta perfecta está ahora sin brújula, porque no sabe si dirigirse más hacia el Sur o quedarse en las orillas del Guadalquivir. El cambio técnico realizado a medias (falta la contratación del relevo definitivo de Ayestarán) es un revulsivo en sí para la UD Las Palmas. Y, debe entenderse como una apertura en el cielo turbulento después de que los propios aficionados de la vuelta copera frente al Deportivo dieran una sentencia, que fue ejecutada horas después.

Pero es que el viento cambiante del fútbol ha hecho que la perfección de esa tempestad lleve inquietudes ahora al propio Betis, que se las prometía hace apenas un mes. Lo dicen los medios de Sevilla: el crédito del entrenador cántabro está allí tocado y de ahí que su partido especial en el Estadio de Gran Canaria tenga también otro signo.

Se ha convertido éste Las Palmas-Betis en un encuentro con mucho morbo, inevitable. Pero más allá de todo lo que le rodea están tres puntos en juego que son vitales para comprobar si esa reacción llega a la casa amarilla luego de haber soltado posibles ataduras.

Lo que se advierte para esta cita es un encuentro que puede estar animado por los débiles conceptos defensivos de Las Palmas y del propio Betis, aquejados por el mismo mal. A Paquito Ortiz, que debuta en un banquillo, le ha dado poco tiempo para preparar a fondo el encuentro. Recurrirá más al amor propio, a la emergencia emotiva de los jugadores, a la garra y, cómo no, a recomponer el desorden que se ha instalado en el equipo desde hace nueve meses.

La primera alineación de la era pos Ayestarán se la reserva, pero no sería extraño que en ella combinara las piezas que están funcionando en la Liga con algunas apariciones positivas que hicieron presencia en la Copa.

El partido promete. Al fin y al cabo son dos equipos que, salvando distancias en la clasificación, este domingo necesitan lo mismo: creer que existen.

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