Sergio Ramos aún busca a Tana

El grancanario, en su partido 50 en Primera División, firma un gran gol con cuatro topes al balón y un regate vertiginoso al central internacional

M.B.

Muchos detalles técnicos individuales y acciones colectivas quedarán en la retina del aficionado amarillo después de este 3-3 histórico, logrado este miércoles en el Bernabéu. Estamos hablando también de la tercera vez que el Real Madrid ha sido incapaz de ganar en una Liga en las dos ocasiones a Las Palmas, como ocurrió en 1966-67 (sendos 1-1 en la isla y en la capital) y en 1978-79 (2-2 y 1-1 con idéntica secuencia).

Estuvo cerca de ganar Las Palmas, que nunca había marcado tres goles en feudo madridista. Y sin duda una de las jugadas que marcará este partido fue el primero de los tantos amarillos, con 1-0 ya de desventaja.

La maniobra de Tana es magnífica. Sergio Ramos pasó toda la noche pensando en el regate con el que el grancanario le dejó fuera la acción. Tana eligió un suave control y giro para descolocar por completo al defensa internacional, al que ya había sacado de zona creando un espacio a su espalda. En ese movimiento inicial nace un gol de genio. Porque en pocos metros Tana imprime velocidad, acaricia primero el balón con dos contactos leves en carrera. El segundo, con el exterior, para acomodarlo antes de disparar con violencia. Ramos seguía corriendo tras él cuando el balón ya estaba en la portería de Navas.

Tana ha recuperado la titularidad de forma impecable. Había merecido mucho ante la Real Sociedad, pero su conquista fue en el Bernabéu. En ese escenario estaba jugando su encuentro número 50 en Primera División. La jugada es icono de su osadía, porque para ganar la posición dejó atrás al futbolista más experimentado del equipo rival, con 392 partidos en la máxima categoría.

Nos tiene acostumbrado Tana a golazos. Lleva tres en esta Liga; nueve en Primera. Y queda mucho porque debe tener un lema en el cabezal de su cama: Tana nunca llega tarde. ... Unos partidos para enmarcar porque anotó en el Gran Canaria el 1-1 entonces y ahora en el Bernabéu, igual guarismo.