Insólita resolución

El Comité Técnico de los colegiados actúa de oficio y lleva a juicio disciplinario, en el Comité de Competición, un fallo de apreciación de Francisco Candelaria, tras un golpe de cabeza de Déniz en brega con Ernesto López
Manuel Borrego
Pongamos un ejemplo: ¿Es imaginable que la RFEF sancione al colegiado Martínez Munuera por el penalti pitado a la UD Las Palmas tras el piscinazo de Vitolo en Sevilla?. Evidentemente no, aunque el Comité de Competición días después ‘desautorizó' la decisión del árbitro valenciano anulando la segunda tarjeta a Bigas e insinuando con su decisión que aquél había cometido un error de apreciación en el partido.
Sin embargo la lucha canaria es, una vez más, diferente. Y este jueves ha vuelto a demostrarlo. La noticia tiene efectos colaterales que debemos explicar: el Comité de Competición de la Federación de Gran Canaria sanciona con diez días de inhabilitación al árbitro Francisco Candelaria Mendoza por la comisión de un error en la luchada Castro Morales-Sardina. Lo más curioso de todo es que promueve la sanción el propio Comité Técnico de Arbitros y el fallo de Candelaria se presenta como "negligencia" del colegiado.
El caso tiene su aquél. Ocurrió en la jornada pasada de Primera categoría. El puntal A del Sardina, Alvaro Déniz, bregaba con el luchador del Castro, Ernesto López. Déniz, en sus movimientos para un posible intento de cango, golpeó con su cabeza a López, que cayó a la arena. El luchador del Castro Morales tuvo que ser atendido. El colegiado del encuentro, Candelaria, amonestó al puntal de Vecindario cuando, a todos los efectos, podría haber decidido su expulsión. Sin embargo la lucha continuó y finalmente el Pollo de Moya ganó el punto.
La victoria final fue 11-12 para el Sardina. El Castro Morales, atendiendo al criterio de que "las decisiones de los colegiados son inapelables", no realizó protesta formal alguna, no dejando constancia de reclamación en el acta del encuentro ni a posteriori. Tampoco lo hizo el delegado federativo de la cita, Eulogio Ramírez, y la situación se arregló con la deportividad del resultado consolidado 11-12 para el Sardina.

Pero la sorpresa saltaba días después cuando el presidente del Comité de Competición, Mencey Navarro, debió abrir el expediente sancionador 42/2016 a Instancias de un informe de oficio que emitió la propia patronal de los colegiados. Fue pues el Comité Técnico Arbitral el promotor de la sanción a su árbitro Francisco Candelaria, que renunció a presentar alegaciones y, por nuestras noticias, también desistiría de acudir a las instancias donde podría reclamar esta insólita sanción que puede cuestionar desde ahora decisiones arbitrales que el Comité Técnico convierta en 'negligentes'.
El fallo emitido por Competición señala lo siguiente: "Sancionar al árbitro D. Francisco Candelaria Mendoza, desistiendo de presentar alegaciones en el trámite de audiencia, con suspensión de diez días, por incumplir las normas deportivas por negligencia, concurriendo las circunstancias atenuantes de no haber sido sancionado con autoridad, según establecen los artículos los artículos 83.5, 11c y 13 del Reglamento Disciplinario de la Federación de Lucha Canaria, en relación con el informe del Comité de Arbitros de Gran Canaria".
La caja de Pandora queda abierta en la lucha canaria, con una promoción insólita en el deporte: si un árbitro comete un error, su comité puede llevarle a un castigo disciplinario por el Comité de Competición. Pero, ¿dónde queda el listón de las actuaciones del Comité Técnico Arbitral a partir de este momento?. Si es obvio que en todas las luchadas se producen errores arbitrales (como en todos los deportes), no realizar informes de cada uno de los encuentros insinuaría un acto de discriminación hacia el propio Francisco Candelaria. Porque la síntesis de esta sanción que no recuerdan en el gremio arbitral de la isla es que la jefatura actúa de oficio para convertir un error arbitral en castigo deportivo.
Quedamos vigilantes.



