B.P.

La Federación Regional de lucha canaria ha emitido un fallo sorprendente, no sólo por la oportunidad del mismo, sino por la efectividad de lo acordado. Impone una durísima suspensión a las selecciones juveniles de Gran Canaria, Fuerteventura y La Palma -los rebeldes del Pancho Camurria- que, en la realidad, no tiene efecto alguno.

La sanción fantasma consiste en impedir durante los próximos once meses -por castigo federativo- que las selecciones juveniles de Gran Canaria, Fuerteventura y La Palma puedan participar en competición alguna. Esta sanción disciplinaria culmina el 4 de junio de 2017. En la realidad, salvo que se programe alguna competición entre la fecha de emisión del castigo (4 de julio de 2016) y su término, ninguna de las selecciones juveniles insulares tiene previsto volver a competir salvo en el próximo torneo Pancho Camurria, en junio de 2017. Así ha ocurrido año tras año.

Sobre el papel impresiona la sanción de 11 meses por una falta considerada "muy grave"; en la realidad no tendría efecto alguno. Y no hay daño paralelo a los luchadores partícipes (ni a sus clubes) en la espantada de la jornada final del pasado torneo Regional. Además de este castigo temporal, las distintas federaciones tienen multas económicas por lo ocurrido en el Torneo finalmente ganado por Tenerife con el marcador 12-0.

Cabe recordar que el pasado 12 de junio las selecciones juveniles de Gran Canaria, La Palma y Fuerteventura, por iniciativa de sus luchadores, decidieron no bregar en la jornada final del Pancho Camurria, como medida de protesta por lo acaecido el día anterior con el luchador Alberto Castro, lesionado en una luchada y atendido con un proceder deficiente, en opinión de los propios deportistas. Todo ello, como colofón a una temporada bañada en polémica desde su inicio en cuanto a seguros médicos y atención a lesionados se refiere.

El gran perjudicado, el árbitro

Pero cabe también un apéndice para la sanción que la Regional le otorga al árbitro José Angel Batista, a quien se le impone tres meses de suspensión. Es, en realidad, el gran perjudicado de lo acontecido porque, según el fallo de disciplina, no logró "prevalecer su autoridad en el terrero, dando lugar injustificadamente al retraso en el comienzo de la luchada. Pues cuando el árbitro llama a los equipos para el comienzo del encuentro, saltan al terrero los componentes del encuentro previsto para dilucidar el tercer y cuarto clasificado del torneo (La Palma y Gran Canaria). Junto con ellos saltan, sin autorización, los miembros de la selección de Fuerteventura. El árbitro", prosigue, "en ningún momento llama al orden ni se dirige al delegado de terrero para que el equipo no participante, selección de Fuerteventura, abandonara el terrerno. Además permitió que con el paso de los minutos se incorporaran miembros de la selección de El Hierro, selección de Tenerife y uno de la selección de Lanzarote, para la celebración de un acto no autorizado".

Contra esta resolución procede los recursos de Apelación, que ahora deberán de estudiar los respectivos afectados.