
La Federación de Gran Canaria respalda el plantón de sus luchadores y el capitán de la selección considera deficiente la organización del torneo
M.B.
"La Federación de Gran Canaria respalda la decisión de nuestros luchadores de retirarse en el Pancho Camurria", afirma a los lectores de Tinta Amarilla el presidente insular, José Antonio Caballero. 24 horas antes, el torneo regional juvenil acabó como otras actuaciones en las que interviene su organizador: bochorno. Gran Canaria, junto a La Palma y Fuerteventura, además de Lanzarote y El Hierro decidieron retirarse de la competición como medida de protesta. Los bregadores que tenían que competir en la última jornada del torneo, con la final (Tenerife-Fuerteventura) y la consolación (La Palma-Gran Canaria) decidieron no salir a la arena.
"El problema había ocurrido el día anterior. Un luchador palmero (Alberto Castro) se lesionó y estuvo casi media hora en la arena, sin llegar la ambulancia. No perdió el conocimiento en ese tiempo, eso no ocurrió", reseña Caballero al explicar la polémica de la fase final disputada en Tenerife. "Se lo llevaron al hospital y la mejor noticia es que no tiene lesión. Regresó sobre las dos de la madrugada ..."
Pero todo aquel movimiento, en una temporada que empezó marcada precisamente por problemas con el seguro médico de los deportistas, agilizó entre los luchadores un acto de rebeldía porque no están conformes con la manera en que se está desarrollando la lucha canaria. "Lo comprendemos. Y apoyamos esa decisión. El problema es que los colegiados han dejado constancia en acta de que no quisieron luchar. No se trata exactamente de una incomparecencia. De ahí que ahora tendremos que esperar el fallo y posibles sanciones que emita el Comité de Competición".
Tenerife, que no fue solidaria con el resto de las islas, lleva a sus vitrinas un nuevo trofeo de campeón sin necesidad de agarrar pantalón en la final. "No añadiremos una protesta formal", aclara Caballero.
Fue un cúmulo de despropósitos
El capitán del equipo grancanario, Carlos Santana (Roque Nublo), rememora los hechos sabiendo que "habrán consecuencias. Pero las asumimos, especialmente yo porque firmé el acta. Pero de esta forma no podíamos seguir".
Santana señala que lo que ocurrió con el luchador palmero fue la gota que colmó el vaso. "Pienso ahora que le pudo ocurrir a cualquiera, incluso a mi hermano menor, Raúl. Así no podíamos seguir. La gente dice que por qué no lo hicimos algo, pero a veces tiene que ocurrir un suceso grave para que demos el paso".
Lamenta Carlos que "no solo fue lo que le pasó al luchador palmero. Fue un cúmulo de cosas, con una organización que dejaba mucho que desear". En realidad, los luchadores juveniles de Canarias, como descubre Carlos Santana, estaban muy enojados por "el alojamiento y, especialmente, por la comida". Carlos ha estado en muchas concentraciones de este tipo a través de su trayectoria deportiva. "Hemos estado en lugares peores, como albergues, pero esta vez nos llevaron a un hotel que ... no sé. Decían que tenía tres estrellas".
Los luchadores, según Santana, "estábamos a disgusto especialmente por la calidad de la comida. Y también la cantidad. Por ejemplo, el sábado coincidimos para cenar todas las selecciones y en un momento desapareció lo que había en las bandejas, especialmente en un par de cosas que gustaban". Así que "muchos decidimos comer por fuera, con lo que ello supone. No es la primera vez que pasa".
Además, en el tema de la lesión "la ambulancia llegó muy tarde y encima no era medicalizada. Primero lo decidieron La Palma y Fuerteventura, luego nosotros nos unimos. Había que hacerlo a ver si esto cambia de una vez", culmina. "Si tuviera que ponerle nota a la organización le pondría un tres o un cuatro". Suspenso, al fin y al cabo.



