
El equipo de Paco Herrera ya suma la misma cantidad de derrotas como local que durante toda la pasada temporada
B.P.
Uno de los puntos fuertes de la pasada temporada fue, precisamente, el poder que ofreció la UD Las Palmas como equipo local. La sensación de que el Estadio de Gran Canaria tenía la despensa cerrada era cierta. Y fruto de ello llegó, incluso, el gran día del 21 de junio cuando el equipo de Paco Herrera certificó allí el ascenso a Primera.
Pero los puntos que se han esfumado en estas primeras jornadas en casa despiertan la incertidumbre. Las Palmas afrontará el segundo parón del campeonato de Liga en posición de descenso (penúltimo), que habría evitado de haber obtenido mejores resultados frente a los rivales de su Liga que por el Gran Canaria han pasado: Levante (0-0), Rayo (0-1) y Éibar (0-2).
En este breve periodo de cuatro visitas forasteras, Las Palmas ya tiene tantas derrotas (2) como toda la temporada pasada, tanto en la fase regular como en la promoción de ascenso. Entonces, el equipo de Paco Herrera había perdido solo los encuentros frente al Osasuna (1-2) y Betis (0-3), aunque en ambos choques tuvo opciones de sacar algo más. Además, de las 23 oportunidades en que la UD fue anfitrión en 2014-15 sólo cinco más cedió empates, contra Sporting (1-1), Mirandés (0-0), Tenerife (1-1) y Valladolid (1-1 y 0-0). Los quince resultados restantes fueron triunfos.
Además, hasta la visita del Eibar, sólo se había producido un gol en las redes canarias, obra de Javi Guerra para el Rayo.
Las sensaciones ahora son distintas, sin descuidar el concepto general de que durante algunas fases del encuentro del sábado Las Palmas mereció más que lo que cosechó.
Este desliz pasado unido a los resultados de la jornada muestran un panorama exigente para el equipo amarillo en el mes de octubre: habrá de visitar al Getafe y al Real Madrid, mientras por la isla pasará el hasta ahora líder Villarreal.



