
Juan Pedro Borrego
Ascender o no ascender, esa es la cuestión. En estas ocasiones uno se vuelve un poco shakesperiano para valorar soluciones como las de la eliminatoria entre la UD y el Valladolid. No importa haber hecho un partido brillante o un pésimo encuentro si al final se ha conseguido el objetivo. Araujo, por tanto, debe estar contento de haber hecho la única diana amarilla en la eliminatoria, la que le dio el pase a Las Palmas a una nueva final por el ascenso; y sus compañeros de haber trabajado para hacer más que bueno ese gol. La posibilidad de luchar por el ascenso de la UD va a estar enmarcada por esa genialidad suya en el Estadio de Zorrilla; y la final le dará nuevas oportunidades de redoblar el valor de este tanto.
El Valladolid no es el tercer equipo menos goleado de la Segunda División por pura casualidad -40 goles recibidos en la liga regular-. Al margen de su agresividad en el juego defensivo, Javi Varas, el tercer portero con menos goles encajados en la categoría, protagonizó una actuación excepcional, capaz de sacar de sus casillas al mejor de los delanteros. Aún acorralado o rendido en el suelo, el guardameta campeón de la Copa del Rey en 2010 puso en peligro la eliminatoria para los amarillos con grandísimas tapadas que dan muchísimo más valor al tanto del ‘Chino' en Pucela.
Pero va a ser muy difícil que la UD Las Palmas tenga otra eliminatoria con tan poca suerte de cara al gol. Pasar una eliminatoria sin haber marcado un gol en casa es algo insólito para el equipo máximo goleador de la Segunda División junto al campeón Betis -73 dianas cada uno-.
Lo sucedido en un partido no siempre tiene que tener continuidad en el siguiente. Es más importante la trayectoria general. Como ejemplo quedan las opuestas rachas goleadoras de Las Palmas y su probable rival en la final, el Girona, porque es aún el mejor colocado. En los últimos cinco partidos de la Liga regular, la media de goles metidos de los de Paco Herrera fue de tres por partido, mientras que la de los catalanes, apenas llegó a la mitad de esa cantidad. En cambio en sus eliminatorias, Las Palmas sólo pudo hacer un tanto, ante los tres que ya anotó el Girona en el primer partido ante el Zaragoza.
Pero esta eliminatoria ya ha pasado para la UD; y sus condicionantes van a diferir mucho de los que se puedan dar ante el próximo rival. Herrera y los suyos han de saber jugar bien sus cartas, y entre ellas, la de jugar primer en casa no debe ser un hándicap. Hacerlo así puede jugar a favor de los amarillos en esa final por la medalla de bronce de la Segunda División. El propio Herrera ha reconocido que los equipos llegan ya cansados por lo que el aspecto físico juega un factor importante. De jugar con el Girona el miércoles, los catalanes van a tener un día menos de descanso, y además la obligación de gastar otra jornada para desplazarse hasta Gran Canaria mientras los de Herrera duermen la siesta en sus domicilios. Pero habrá que prepararse para seguir sufriendo.



