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JORGE FERNÁNDEZ

"Morete tenía el gol en la cabeza en todos los partidos"

El tinerfeño compartió con el goleador argentino una sociedad que se ponía en marcha "apenas mirarnos. Ya sabíamos lo que teníamos que hacer"

  • MITOS ARGENTINOS
  • 17/11/2014 - 13:06

M.B.

Cuando Jorge Fernández arribó a la UD Las Palmas procedente del CD Tenerife, en 1977, Carlos Morete era ya un ídolo de la afición grancanaria. Sin embargo, el centrocampista tinerfeño iba a convertirse en una de las sociedades futbolísticas predilectas del goleador argentino, siempre recordada por el Puma cuando analiza aquella etapa de la UD Las Palmas.

Es ahora Jorge quien nos describe para Tinta Amarilla al futbolista con el que sintió una empatía personal que iba más allá de lo futbolístico. "Desde el primer día ya hubo entre nosotros una muy buena sintonía. Compartíamos muchas cosas, incluso el miedo a los aviones. Él y yo estábamos siempre aterrados cada vez que teníamos que viajar con el equipo", confiesa.

Quizá este sea uno de los motivos por el que Morete no ha vuelto a Gran Canaria desde 1980 y sí hará ahora, en diciembre, para recibir la insignia de oro y brillantes de la UD Las Palmas. "Fue un jugador excepcional, lo dio todo desde el primer momento por el equipo. Carlos se ganaba a todo el mundo por sus cualidades futbolísticas y por lo humano, porque era un tipo muy divertido, siempre de coña. Si nos juntábamos, pasábamos un gran rato y los viajes se nos hacían más cortos. Pero creo", añade, "que todo el mundo habla de la calidad del equipo de aquella época como clave de los resultados obtenidos. Y yo añado que éramos un grupo de amigos, casi como hermanos, con un gran ambiente en plantilla que nos hacía mejores".

A la derecha, Morete con otro delantero que marcó una época: Carlos Santillana (N.R.)

"Era un delantero a la europea"

Jorge nos describe al nueve que él conoció: "Desde mi punto de vista, Morete sorprendió en España porque no era un delantero clásico al estilo sudamericano, Era todo lo contrario; un goleador a la europea pero con la calidad de los argentinos. Porque su fútbol no era lento. No había un delantero en España que tuviera su velocidad y tampoco su disparo que, no por potencia, sino por precisión desde cualquier ángulo. Era capaz de marcar para el equipo goles increíbles. Y lo hacía tanto en el Insular como fuera de casa". El calificativo que Jorge le coloca a su compañero de entonces es "goleador nato. Esa es la palabra. Tenía en la cabeza el gol en todos los partidos. Y con su ritmo y disparo se convertía en un delantero muy difícil de controlar para todos los defensas. Cuando hablo del lanzamiento me refiero tanto en carrera como a balón parado. Por arriba, un jugador normal; pero teníamos en aquella etapa a Maciel".

Jugar con el Puma era muy fácil para todos los restantes compañeros. "Nos hacía constantemente desmarques, abría el campo. A veces, yo mismo sólo con una mirada ya sabía qué tenía que hacer con el balón y dónde se lo tenía que enviarlo. Él lo hacía bueno después. En el campo demostraba lo que también era como persona. Con Morete no había un día de tristeza".

En la mente de Jorge se pasean muchos momentos de la etapa de Morete como jugador de la UD Las Palmas. "Marcó muchos goles y de muy distinta manera. Algunos por oportunismo, otros por precisión o desborde de los defensas y porteros. Especialmente recuerdo uno al Sporting de Gijón, en la Liga. Y un partido impresionante suyo en el estadio Bernabéu, que tenía desquiciada a la defensa del Real Madrid ... hasta que Benito (central del equipo blanco en los setenta) le lesionó con una brecha en la zona de la tibia. Le estaba dando la tarde aquel día y fue la única manera de que parara porque tuvieron que llevárselo fuera del campo".

"Un gol más, una vaca más"

Jorge jugó la final de Copa de 1978 frente al FC Barcelona, la única disputada por un equipo canario a través de la historia. 36 años después de aquel partido tiene una pregunta que deja en el aire. "¿Qué habría ocurrido si Las Palmas acude a la final con el equipo intacto?. Porque en esos años era normal que el equipo pudiera ganar al Barça, por ejemplo. Sin embargo llegamos a la final con algunos jugadores tocados. Especialmente en el caso de Morete, que había sufrido una rotura en las semifinales contra el Sporting. Y aunque jugó él y otros futbolistas, creo que en general el equipo actuó en el partido bastante resentido".

El tinerfeño rememora también uno de los gestos que identificaron a su compañero bonaerense. "Morete siempre pensaba en su futuro, tenía claro lo que quería. Tenía planes para ser ganadero en Argentino y por ello nos comentaba en el vestuario tras marcar: un gol más, una vaca más". Y así fue.

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