
Esta imagen nunca la veremos en una escena real. Puede producirse en un acto intuitivo de un entrenamiento, como sucedió en Barranco Seco. La víctima era de plástico, porque la nobleza de Raúl está fuera de toda duda; un ser incapaz de enfadarse con nadie. Pero a veces la tentación puede. La técnica karateca, sin embargo, deja algo que desear. "Osu, Raúl".



