"Hay que tener tranquilidad porque aquí nos ponemos nerviosos muy rápidos". Con estas palabras prácticamente arrancó la comparecencia de un Jacobo Sanz que no tuvo ningún tipo de reparos en definir, a su juicio, lo que ve del entorno blanquiazul. En una semana donde mantuvo la portería a cero, algo que recuerda es "el fin de todo esto", entiende que "si quedamos 4-3 no tengo ningún problema".  Encuentra un ambiente enrarecido en torno al equipo: "Nosotros siempre hemos estado tranquilos. Aquí parece que gusta mucho meter mierda. Hay que estar mucho más tranquilos y hay cosas que no terminaré de entender nunca. Tenerife ha sido y es el club que ha sido pero en el fútbol del pasado no se vive.  (...) Que a nadie se le olvide que hace dos años este equipo estaba en Segunda B y este ha sido el entrenador que ha subido el equipo, que se nos olvidan las cosas rápido. En muchos momentos parece que desde fuera se intenta atacar al grupo, así que vamos a dejar al equipo trabajar, porque el bien de todo eso es el fin que queremos que es ganar y estar lo más arriba posible. Parece que tenemos que estar arriba porque sí. Hay que ser conscientes de todo eso. Ves equipos gastando millones y millones de euros y tienen tranquilidad. Vamos a tener calma. El mensaje es ese porque si no existe esa calma nos vamos todos a la mierda. Vamos a dejar trabajar a este grupo que es lo importante".

Recuerda que hubo pitada en el Heliodoro a un compañero: "No me gusta que salga un compañero en el minuto 80 y se le silbe. No sé si alguien se piensa que eso puede ayudar a un jugador o al equipo. Todos queremos que el equipo gane, pero si un jugador sale en el minuto 80 y recibe todo eso cómo lo va a encarar el chico. Nos estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado" (...)  "Yo soy nuevo aquí y llevo un mes. Quizás la gente es muy exigente. Años atrás hubo un equipo en Primera División... no sé. Hay que entender que el presupuesto que tiene el Tenerife es de los más bajos de la categoría y hace dos años estábamos jugando fase de ascenso de Segunda B".

Recuerdas también que "en Grecia si pierdes un partido tienes a 20.000 para pegarte y romperte el coche. Cuando un club recibe una inyección económica y se pagan los sueldos que se pagan allí hay que exigir. Pero cuando eso no existe hay que exigir hasta un punto. El Betis tiene 10 veces el presupuesto y 40.000 socios. Lo del pequeño gana al grande ocurre pero no siempre. (...) Hay que tener calma, intentar sacar lo mejor de nosotros pero tener calma y lo repetiré 350.000 veces. Si nos ponemos a tirarnos mierda de dentro a fuera o de fuera a adentro esto es una casa de putas".

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