
No es lo que parece. En realidad es una lituana, miembro de uno de los grupos de animación del Mundial, que en su número de la jornada acaba boca abajo, introduciéndose en una canasta de cabeza. No es una ilusión óptica, ni una escena de dibujos animados. Esto tiene el gusto de entretener y sorprender. Esa canasta, sin embargo, no contabilizó en el marcador del partido contra la incómoda selección de México.