B.P.

El 0-2 de la UD Las Palmas es una obra perfecta en la interpretación de una contra en inferioridad numérica por parte de los atacantes. Tres hombres a la ofensiva y tres movimientos con el balón resultaron letales para que Aranda firme el tanto después de observarse un 'tres para cinco' en la jugada.

Es Aranda precisamente quien inicia la jugada enviando un balón hacia Masoud, unos metros más atrasado que él. Asdrúbal juega un papel determinante porque abre el campo desplazándose hacia la izquierda y obliga a que el zaguero de aquel sector siga sus huellas. El desplazamiento lateral del defensa pimentonero abre una puerta por donde el balón enviado por el iraní va camino del área con la velocidad justa y el destino bien localizado.

Sin embargo la jugada tiene otro receptor. Es de nuevo Aranda quien cruza a toda velocidad en la 'puerta' paralela a la elegida para enviar el balón. El zaguero que debe cuidarle no puede controlar su iniciativa porque está a su espalda. De esta forma, el malagueño logra llegar a tiempo al área y con ventaja, mirar de frente al portero Casto, sortearle con un quiebro de cintura y batir a puerta vacía.