
El Gran Canaria supera a un rival incómodo, que requirió la revisión de foto finish para certificar el triunfo isleño en el Centro Insular
Juan Pedro Borrego
La carrera por la copa del Rey tiene un paso menos para el Gran Canaria. Los amarillos volvieron a sumar una victoria en el Centro Insular de Deportes y mantienen la racha triunfal en los emparejamientos con el CAI Zaragoza en la pista isleña. Un triple épico de Albert Oliver terminó por darle el triunfo a los de Pedro Martínez en un partido muy trabado y que se tendría que decidir por mínimos detalles, como esa canasta del base o el intento de réplica del visitante Michael Roll al que llegó ajustadamente fuera de tiempo. Martínez suma su partido 650 en la ACB (269 con el Granca) de manera exitosa, sumando su 320ª victoria personal en esta competición (138 con los isleños).
Los amarillos salieron con cierta pájara. Muchas pérdidas, los rebotes se les iban de las manos o un mate fácil de Tavares los escupía el aro. Pintaba mal para un equipo que sólo lograba romper la canasta en los primeros cuatro minutos con dos tiros libres de Bellas, y hasta que Newley abrió la tapa del aro visitante desde el perímetro (5-2) a 6:06 del final del primer cuarto.
Tavares machaca sin piedad el aro zaragozano (C. Torres)
Aún así, el Gran Canaria lograba una diferencia aceptable apretando el ritmo en defensa y en las transiciones. Con 9-2, el CAI se vio obligado ponerse en defensa zonal y cerró las vías de escape a la contra de los grancanarios. Para los de Abos la mañana estaba siendo un martirio en ataque; pero tenían que controlar al Granca con estrategias de defensa.
Hansbrough y Martín tenían entonces la misión de desbloquear las trampas maña. Fue una grandísima noticia ver al escolta norteamericano salir con inspiración a la cancha. Un triple más tiro adicional volvió a dar oxígeno al cuadro local (15-10), que mantenía en pista un quinteto que podía mirar al completo hacia la canasta desde cualquier punto de la cancha.
El castigo isleño estaba en los rebotes. Era complicado sujetar cualquier balón en la zona. Aunque Tavares hizo un trabajo extraordinario dentro de la pintura, a veces rayando lo asombroso, el balón parecía tener vida propia y cogía trayectorias caprichosas. Hansbrough tenía su día, empezaba a tomar el rumbo que había perdido con su lesión. Sus anotaciones hacían que pasito a pasito, el Gran Canaria tomara ventajas a pesar de la zona aragonesa., a la vez que llevarle a abusar sus intentos de triples por encima de las canastas de dos puntos (7/11 de dos y 4/18 de tres en el descanso).
Tras el paso por el vestuarios (33-24), el partido pareció tomar los mismos derroteros que en el comienzo. Con el Granca aletargado, necesitó la activación de dos sprints consecutivos de Newley o un desajuste defensivo en la zona del CAI para intentar regresar al ritmo que más le interesaba. Pero el CAI quería un encuentro trabado, cortocircuitado por los constantes cambios defensivos.
Tocaba sufrir, porque el acierto exterior se resistía aún más a los amarillos; y porque en un estado de estrés emocional parecía que el CAI contaba con ventaja entre sus jugadores (43-44 a 50 segundos del final del tercer cuarto).
Crear una oportunidad de anotar era un parto en cada canasta. Además, los dos equipos parecían concienciados de que se llegaría a la recta final y reservaban fuerzas para los momentos definitivos. Se miraba más hacia la defensa que hacia el ataque y eso se reflejaba en el marcador. Sólo faltaba que los entrenadores se inventaran en este partido la figura del portero en baloncesto.
La alegría de Hansbrough tras un triple excepcional (C. Torres)
Parecía increíble, que el primer triple de toda la segunda parte para el Gran Canaria tuviera un efecto triunfalista cuando apenas quedaban menos de tres minutos para el final. Hansbrough dio lo mejor de sí (52-48), y Martínez felicitaba con euforia a O'Leary por el tapón a Rudez en el intento de responder el lanzamiento de tres puntos. Como se preveía, el partido iba a decidirse en un mal gesto o una sobresaliente acción. El CAI empató con triple de Shermadini a 35 segundos del final (53-53) y el tiempo muerto del Granca sirvió para una acción rápida que finalizaría Tavares (53-55). Abós tenía 27 segundos por delante que finiquitó Jones volviendo a empatar (55-55).
Quedaban 11 segundos para que Oliver iniciara su acción épica. Con 3 décimas en el marcador aún, el base amarillo conseguía que su lanzamiento desde más de siete metros entrara por el aro. Era el segundo triple acertado del Granca en la segunda mitad y su única canasta en el partido, pero la fiesta tenía que aplazarse unos instantes porque Michael Roll acertó en otro lanzamiento heróico al que le sobraron una décimas en su ejecución para haber sido legal (58-55). En un encuentro de toma y daca, los isleños se reencontraron con el triunfo como locales después de dos experiencias frustrantes anteriores ante Madrid y Cajasol.
Oliver, a la derecha, en una pelea por el rebote (C. Torres)
Ficha del partido
58 Herbalife Gran Canaria (15+18+10+15):Bellas (2), Beirán (4), Newley (9), Báez (5), Tavares (8) -equipo inicial-, Oliver (3), Hansbrough (15), O'Leary (2) y Martín (10).
55 CAI Zaragoza (10+14+20+11):Tabú (8), Roll (7), Tomás (7), Jones (14), Shermadini (6) - equipo inicial-, Rudez (2), Llompart, Sanikidze (9) y Fontet (2).
Árbitros:Pérez Pizarro, Cortés y Pérez Niz.
Incidencias: Unas 4.100 personas en el Centro Insular de Deportes. 10ª jornada de la Liga Endesa.