
Así vieron el partido de rivalidad los compañeros de la web Deporpress.com
Redacción Deporpress| Dijo Lobera horas antes del derbi que "si jugara como el Tenerife, en Las Palmas lo silbarían". Metió la pata el técnico que puso el caramelo a los jugadores blanquiazules, más concentrados que nunca y que dieron toda una exhibición de juego y contragolpe en el Heliodoro ante Las Palmas, un equipo a merced del cuadro de Cervera de principio a fin del partido. No hubo otro dominador que no fuera el Tenerife ni otro equipo que jugara mejor al fútbol que los tinerfeños. Jugando así, fuera en Las Palmas o en Cancún, con su juego enamoraría a cualquiera. Tres a cero, recital de velocidad de Suso y Ayoze y derbi finiquitado. Las Palmas, a solo tres puntos de diferencia. A tiro de piedra.
El partido comenzó con ritmo. Suso a los cinco minutos levantó a la grada con una buena jugada desde la banda derecha que colgó al área. Ayoze se lanzó con todo pero no llegó al balón. La mejor ocasión del partido hasta entonces. Las Palmas no entró en el encuentro hasta bien entrada la primera parte. Valerón tomó las riendas de su equipo aunque nunca lo hizo con demasiado peligro. Siempre el Tenerife dominói la situación y la banda derecha se convirtió en una auténtica autopista donde Suso y Moyano hicieron locuras con el balón en los pies dándole emoción al derbi.
A los 19 minutos llegaría la primera jugada polémica del partido. Un robo en el centro del campo acaba con una galopada de Suso que se deshizo de los centrales y encaró a Barbosa. Cuando entró en el área, el portero lo derriba y el colegiado no lo duda: penalti y expulsión. Lizoaín tuvo que entrar a defender la portería amarilla. El portero no pudo evitar el gol de Ricardo desde la pena máxima. Uno a cero y parte de la afición amarilla abandonaba el campo al considerar injusta la decisión arbitral.
Suso está en un estado excepcional. A los 24 minutos inició otra de las suyas por la derecha. Se asoció a Ayoze quien esperó a que pasara por su lado dentro del área y cederle el cuero de tacón, con estilo. El remate del lagunero rozó el palo izquierdo del habitual portero suplente
Lobera nunca lo vio claro Por eso, incluso antes de finalizar la primera mitad, ya había dado órdenes a sus asistentes para que calentasen algunos suplentes. Asdrúbal, el primero en calentar. Momo probó fortuna desde media distancia con un disparo de falta a los 36 minutos que salió muy cerca del palo derecho de Roberto. El guardameta se lanzó aunque no le hizo falta bloquear el cuero. Ricardo tuvo que abandonar el terreno de juego poco antes del minuto 45 después de recibir un balonazo en la cara con el que terminó con su ceja derecha sangrando. El centrocampista no volvió a entrar al campo hasta después del descanso.
Con la reanudación, Asdrúbal entró en el campo por Momo. Ayoze cayó a los 47 minutos en el área visitante pero el colegiado no vio penalti. El delantero entraba en libertad, por el centro de la defensa. El canterano sirvió en bandeja poco después un balón a Aridane pero el disparo del grancanario se marchó por fuera. Ocasión clarísima para el delantero. En cuatro minutos comenzó un carrusel de ocasiones a favor de los delanteros tinerfeños que no pararon de llegar a la meta amarilla.
Ricardo se marchó del terreno de juego y dejó paso a Rivero que se colocó en su misma posición sobre el campo. Nauzet Alemán lo intentó de nuevo muy cerca del área con otro disparo, esta vez mejor colocado, que rozó la cruceta derecha de Roberto. El partido pasó por una fase de insomnio después del asedio chicharrero tras el descanso. Los locales siempre tuvieron el balón en su poder y durmieron por fases el encuentro. Hasta que a los 63 minutos, Ayoze recibe un balón al borde del área, se hace con el control y después de meterse en el área le cruza la pelota a Lizoaín haciendo el dos a cero. Enmudeció el sector de la hinchada grancanaria, se palpaba la emoción del tanto en el resto del estadio.
No quedaría ahí la cosa. A los 73 minutos, otra acción de velocidad provocó que los cohetes Suso y Ayoze se marchara en velocidad de todo aquel que se le pusiera por delante. El lagunero dejó en bandeja el segundo tanto personal del canterano que puso a la grada de pie. La hinchada comenzó a corear "Canta y no llores". Iba dirigido a Lobera, el gran perdedor de la semana. Dijo en los minutos previos que no había querido menospreciar al Tenerife. Daba igual: la fiera ya estaba despierta por aquel entonces.
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