
Por José Hernández
Le llega la hora de la jubilación, el momento del merecido descanso, tras toda una vida dedicada a la Unión Deportiva Las Palmas. Federico Páez, buen futbolista, pero sobre todo, excelente persona; ha sido todo un ejemplo de dedicación, no sólo en su etapa como jugador de Primera División, actuando en más de doscientos cincuenta partidos en la máxima categoría, con actuaciones estelares en el marcaje, y de apoyo a los 'creativos'. Hombre servicial, correcto en el trato y poniendo el máximo esfuerzo en no defraudar.
Federico Páez ha sido un hombre fiel, un valor cada vez más en alza, dada su escasez. Como jugador lo demostró, y antes de verse afectado por el proceso concursal de la UD Las Palmas, Páez era el hombre discreto que estaba al servicio del club. Muchos encargos fueron hechos con el mayor sigilo, controlando jugadores, pero sobre todo guardamos de Federico el mejor recuerdo en el trato a Roque Olsen, cuando el técnico estaba en su situación más crítica de la enfermedad que acabó con su vida. Páez siempre estaba con el míster, a la hora que fuera. ¿Quién no se acuerda de aquella magnífica relación con el doctor Emilio Tomé?. Con el 'viejo pulpo', Páez era de sus niños predilectos, aunque la verdad es que él se ha sabido ganar el cariño de mucha gente, empezando por la de sus propios compañeros, que intercedieron ante Miguel Angel Ramírez para que el club lo repescara, al haber quedado sin cobertura.
Si muchas veces se han hecho reconocimientos que pudieran ser discutidos por los méritos acaparados, y que, como en todo, puede haber discrepancia, creemos que en el caso de Federico Páez la opinión es unánime, y merece salir de la Unión Deportiva Las Palmas por la puerta grande y con la insignia de oro en su solapa. Ha demostrado con sobra esa fidelidad al club amarillo, la misma que también demuestra hacia su esposa, Saro, a la que le quiere dedicar todo su tiempo y atenderla con el máximo cariño y esmero. Federico, tu decisión de dar este nuevo paso te honra y una vez más te manifiestas como un isletero de honor. La UD siempre estará agradecida contigo por todo lo que le has dado.