
Maxi Barrera denuncia en público "el avasallamiento" a que fue sometido el Villa de Santa Brígida en el 5-3 del pasado fin de semana
T.A.
Maxi Barrera, entrenador del Villa de Santa Brígida, vivió con su equipo el pasado sábado uno de esos episodios memorables que ingresan en el expediente gris del fútbol nacional. Ganaba el Villa 0-3 al Laguna cuando en la recta final del partido se produjo un sorprendente vuelco en el marcador para el conjunto lagunero, que completó el 5-3. Maxi descubrió este miércoles en la Cadena Ser que su equipo había sido "objeto de un avasallamiento" que no podemos tolerar. Y señaló al colegiado Moisés Zamora como el inductor de esa remontada a favor del equipo local.
El entrenador del Villa llegó a expresar que al final del partido, tras la derrota de su equipo, contempló un abrazo entre el colegiado y el presidente del Laguna. Y Zamora habría dicho en ese momento a su acompañante: "te lo dije, se podía remontar", en palabras de Barrera. El técnico satauteño no excusa que "el partido lo pudimos perder nosotros mismos, como cualquier otro encuentro". Pero, en su opinión, "Moisés Zamora no tiene tablas para arbitrar en Tercera".
Antes de comenzar el encuentro, el colegiado citó a los técnicos en su vestuario para "explicarnos tres nuevas normas durante media hora, que las aplicaría y que podrían ser las que sirvieran para expulsar. Esto no es normal en los partidos de fútbol".
Sobre Zamora advierte que "cuando los equipos se enteran que les toca en los partidos se llevan las manos a la cabeza (...) En Tercera siempre hizo lo que le da la gana y nadie le ha levantado la voz", indica Barrera quien se siente satisfecho porque "nuestro cuerpo técnico aguantó el tipo durante el partido. Digo lo que siento: lo único que me preocupaba es acabar el encuentro de la mejor manera e irnos al vestuario. Llegué a temer que alguno de mis jugadores perdiera la cabeza y cometiera algún error que nos podía caer más caro. El resultado, llegado a un punto, ya me daba igual".
"Hasta el 0-3 en el partido notamos algunas cosas en el arbitraje, pero éramos tan superiores y estábamos tan claros en el campo que el marcador no tenía apelación. A partir de ahí, lo que ocurrió fue alucinante", indica Barrera. "Nos hemos sentido avasallados y frustrados. Cosechamos una derrota que no hicimos mérito para este resultado", Habló del respeto a los dirigentes del Villa porque "ir a Tenerife cuesta un dineral a la junta directiva, para dar incluso a un bocadillo a los chavales".
Su reacción pospartido y pasadas tantas jornadas no varía: "Cada vez que me sienta avasallado de esta forma lo expresaré públicamente. No siento temor a las represalias. Si tengo que ir a mi casa, me iré", dijo. "Arbitrar es difícil, lo podemos entender. Es inexcusable en cambio lo que ha hecho este señor. No puede hacer comentarios como los que nos hizo durante el partido. Estas actitudes te merman muchísimo porque te dejan fuera de combate".