Eterna pretemporada
07/09/2013

Por Higinio Medina

Apenas cuatro partidos disputados y el entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas continúa con la búsqueda del once perfecto, ese once que tiene que asimilar un criterio de juego que no se termina de apreciar en su esplendor, pues así lo certifican los resultados acaecidos.

Contra el Numancia (1-1) nuevos cambios que han dado algo más de consistencia y una mejor imagen que ha propiciado un punto más para el casillero amarillo ante un buen equipo, eso sí, todavía con las mismas carencias que hacen de Barbosa, por enésima vez, uno de los mayores exponentes de la realidad actual del juego canario.

La Unión Deportiva cuenta esta temporada, a pesar de las críticas que se han vertido en contra de sus dirigentes, con una de las mejores plantillas de los últimos años. Se han apurado los tiempos para sacar el máximo beneficio en los fichajes, casi en el momento del gong en algunos casos, pero siempre de acuerdo con la realidad económica del club que preside Miguel Ángel Ramírez; aún así desde el inicio ya había "material humano", si se nos permite la expresión, para perfilar las líneas maestras con las que afrontar la nueva campaña.

Tres jugadores por demarcación, veteranía y juventud, ilusión y esperanza, y sobre todo mucha experiencia, son armas que bien aprovechadas son suficientes para afrontar con éxito un nuevo proyecto basado en la sobriedad, y que si bien no estaba conformado en su totalidad hace cuatro jornadas, sí se tenían los mimbres necesarios para despegar con garantías desde el comienzo de la pretemporada, salvo que los niveles de confianza no fueran los óptimos. ¿Entonces?

La búsqueda del once perfecto se puede hacer eterna, lo cual conlleva un riesgo enorme y muchos puntos que se pueden quedar por el camino. Un equipo ganador se ve desde el principio, con una idea de juego clara que debe ser el reflejo de la pretemporada. En plena batalla lo normal es perfilar, corregir errores de menor calado. No se puede, si se aspira a algo, dilapidar opciones que a la postre pasarán factura.

La inversión y el sacrificio realizado por la directiva, dentro de las limitaciones existentes hay que valorarlo en su justa medida, y como ha dicho el entrenador: "Ahora me toca a mí", entendemos que es una expresión fútil, pues por mucho que se quiera adornar a él le ha tocado desde el principio ya que es el máximo responsable técnico. Debemos ser conscientes de que las palabras "las carga el diablo", si se nos permite la expresión nuevamente, y quién las pronuncie suele convertirse en rehén de ellas.

Un ejemplo claro es cuando se utiliza la expresión manida: "prometemos trabajo". Desde nuestro punto de vista una perogrullada, pues qué menos cuando te contratan para eso. La dialéctica está bien sabiéndola manejar, pero estaremos todos de acuerdo en que hay que centrarse en lo importante, y lo importante es hacer de la Unión Deportiva Las Palmas el equipo que fue antaño y que queda de manifiesto en la letra de su himno: "...con su juego brillante y brioso, vencerá, vencerá...", de lo contrario será la vulgaridad la que reine y hoy por hoy la plantilla confeccionada es una plantilla de garantías. Ahora toca saber administrarla...

 

 

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