
Ale Rivero saborea su primer gol tras dos temporadas en blanco, en un equipo que "está fino; nos hemos amoldado pronto a la categoría"
Manuel Borrego
Ale Rivero (Las Palmas de Gran Canaria, 5 de febrero de 1992) ya es uno de los veteranos de la plantilla de Las Palmas Atlético, al menos en cuanto a estancia en ella. Por eso, en su hoja de servicios conoce el paso del equipo filial por Las Llanas, el estadio ahora ocupado por el Sestao River y que fue escenario de la eliminatoria en fase de ascenso de hace tres temporadas: 1-0 para los vascos. Rivero, junto a Roque Mesa y David Simón eran este martes tres de los supervivientes de aquel equipo de Víctor Afonso que llegó hasta las puertas de la Segunda B y que se ejercitaban pensando en el nuevo encuentro que el sábado se disputará en tierras vascas. El lesionado Borja Vera, además de Asdrúbal (en el primer conjunto de la entidad) completan la lista de aquella eliminatoria, porque un filial está en constante metamorfosis.
Tanto que el propio Rivero, que en la pasada temporada era uno de los fijos en el bloque del ascenso, ahora ha comenzado el campeonato con menor presencia aunque con rotura de su propia estadística: El pasado domingo, frente al Sanse, marcó tras dos años en blanco, después de interpretar con su compañero Adrián Hernández una perfecta combinación en la contra amarilla. "No me acordaba cómo se celebraba un gol (bromea). Estoy mentalizado en hacer una buena temporada. Hemos empezado ahora como reserva, jugando unos minutos en cada encuentro ... sin embargo marqué esta vez. El fútbol tiene estas cosas. Lo importante es el equipo, porque hemos empezado muy bien ganando en Huesca a un rival duro y experto. Y también a la Real Sociedad, que nos planteó un partido de tú a tú, con un fútbol combinativo. Me pareció un buen adversario, pero el filial está fino".
Rivero aprecia que su conjunto ha logrado "amoldarse con más rapidez de la prevista a una competición que tiene más ritmo, con más contundencia en el juego y con futbolistas que tienen un grado de experiencia mayor que en filiales. Sabemos que vamos a encontrar todo tipo de dificultades", expone. "En defensa estamos bien. Jugamos al fútbol, porque eso siempre está presente en Las Palmas Atlético, pero para competir también tenemos que ser duros y contundentes, como el resto. Tenemos que adaptarnos a todo tipo de rivales y superficies. Nuestra idea no va más allá del siguiente partido e intentar mantenernos lo más alto posible en la clasificación. Mirar para arriba, porque hacia abajo genera siempre ansiedad".
Comprende que "tengo que ganarme día a día la posibilidad de ser titular. Han venido jugadores con experiencia en la categoría, como pueden ser Roque, Ayoze, Tyronne o Borja; los puestos están caros. Me tomo la temporada con ganas de evolucionar en el terreno individual y también para hacer todo lo posible por ayudar al equipo".
Rivero es el Rambo del segundo equipo de la entidad, y casi de manera textual. En el campo sale a darlo todo, con la doble vocación de cortar iniciativas rivales y generar primeros pases de ataque. Hace tres pretemporadas, en edad juvenil, era uno de los nueve componentes que desarrollaron el verano con la UD Las Palmas antes de la competición, con Juan Manuel Rodríguez. No verse de nuevo en el grupo selecto "no ha significado nada para mí en el ánimo. Porque siempre supe en cada momento dónde estaba. Y también sé dónde quiero llegar. Las cosas las tenía muy claras y mi objetivo es seguir trabajando duro para llegar arriba, lo más alto posible. Nadie me dijo que esto iba a ser sencillo".
Eso no es cuestión de un día. Se ve reflejado Rivero en el gol de Asdrúbal "y la alegría que nos llevamos todos el sábado. Lo suyo es un espejo donde todos nos quisiéramos ver. Ha trabajado mucho para poder disfrutar de ese momento, que fue un poco de todos nosotros". Lamenta, en cambio, la pérdida de su habitual pareja en el centro del campo, Omar Fleitas, hoy jugador del Atlético Granadilla. "Le echamos de menos. Es un pedazo de futbolista enorme y un gran compañero. Tuvo que tomar una decisión difícil pero con la calidad humana y deportiva que posee llegará lejos; espero verle en el fútbol profesional".
Entre los futbolistas del segundo equipo existe una opinión compacta sobre la residencia competitiva en el campo Anexo al Estadio de Gran Canaria. Rivero se alinea en ella porque "llevamos varios años jugando aquí y conocemos bien sus características. Nos amoldaremos donde nos digan, pero es una ventaja jugar en una instalación tan ideal como esta. Lo comprobamos el otro día aunque, cuando el campo está seco, el balón hace unos botes inesperados. Aquí podemos lograr muchas cosas esta temporada".
Tres de los supervivientes de la última visita al Estadio de Las Llanas: David Simón, Roque Mesa y Ale Rivero (C. Torres)