
Víctor Afonso, en vísperas a su encuentro 200 como técnico, reconoce que "no esperaba estar tanto en el equipo filial; ni ha sido corto ni largo"
Manuel Borrego
Víctor Afonso llega este domingo a una nueva frontera. Cuando el balón eche a rodar en el Estadio Anexo entre Las Palmas Atlético y la Real Sociedad B, el entrenador grancanario habrá firmado el acta número doscientos como primer responsable técnico del filial amarillo. Tiene apenas 42 años cumplidos y un camino hecho desde la infancia, que se abortó en tramos por la cesión al Albacete o el paso por el Castillo. Ostentar un cargo de responsabilidad en el representativo grancanario posee un desgaste, en cualquier de sus estratos, pero "para esto me he estado preparando durante tanto tiempo. Desde los nueve años de edad, cuando entré en el club, me he estado curtiendo para la presión que significa ser de la Unión Deportiva. Cuando representas a este escudo siempre existe ese plus y tanto en mi caso, como en el de mi ayudante José Luis Padrón, lo hemos vivido minuto a minuto, paso a paso".
No por ello Víctor deja de sentir que el tiempo transcurrió dejando huellas desde el día en que el consejo de administración de la entidad le encargó la suplencia de Juani Castillo, 199 encuentros atrás. "No pensé en momento alguno que iba a estar tanto tiempo en el segundo equipo. Son cinco temporadas, en las que hemos vivido muchas experiencias y aún quedan. No se me ha hecho largo ni corto. Me pongo como propósito aprender de cada minuto. Y soy de los que aplican la frase de que daría todo lo que sé por conocer lo que todavía ignoro".
Víctor Afonso, que ha conocido todo tipo de situaciones como futbolista -titularidad, reserva, préstamo a otro club, etapa de parón por lesiones, momentos de gloria personal, decepciones, ascensos, descensos, ...- comprende que "cada día en la Unión Deportiva es una exigencia. Esta es nuestra compañera. La actual pasa por establecer un nuevo orden en el equipo filial, que ha logrado volver a la Segunda División B", el contexto deportivo en donde se desenvuelve ese hito de los 200 encuentros oficiales en el banquillo. "Nuestro grupo de trabajo sabe lo que se trae entre manos. Aún estamos comenzando el campeonato y nuestro objetivo no pasa más allá de saber que jugamos contra el Sanse el próximo domingo. Ganar el próximo fin de semana. No sé evaluar otra cosa en estos momentos".
A la derecha, Víctor Afonso dialoga con Juani Castillo, el hombre al que sustituyó en el filial amarillo (C. Torres)
LA CRÍTICA REALISTA
Fue muy crítico con sus jugadores Víctor Afonso apenas diez antes de comenzar la Liga. Sus palabras, reflejadas en Tinta Amarilla tras perder un amistoso contra el Unión Yaiza, fueron contundentes. "Yo no puedo modificar mi comportamiento ante los futbolistas. Siempre les he hablado directamente. Les digo lo que siento en cada instante y no puedo ocultar las cosas que no me gustan. Nos ganó aquel día el Yaiza, que dirige nuestro amigo Carlitos Rodríguez, pero vi en el encuentro cosas que no eran acordes con la Unión Deportiva Las Palmas. Un recién ascendido, con todos mis respetos al equipo rival, no puede ocurrirnos de aquella manera, con tres goles encajados. Fui muy crítico con ellos, porque nos duele mucho a aquellas personas que hemos sido jugadores de este club. Y porque aquella manera de actuar nos podría llevar muy pronto a la Tercera División si la aplicamos en la Segunda B. Ellos mismos podrán estar de acuerdo con mis palabras, que no buscaron polémica sino una crítica realista".
Sin embargo, todo cambió cuando el balón comenzó a moverse en competición oficial. "No sólo en Huesca. Una semana antes, en el amistoso frente al Vecindario, ya vimos otra cosa. Éramos un poco más el conjunto que necesitábamos: ordenado, sólido y organizado en todos los instantes del juego, en defensa y en ataque éramos sólo uno, nuestro sentido era vertical. En el fútbol ha de tener un comportamiento honesto en el campo que, si luego pierdes, no deja tanto dolor. Sabía que si en la Liga no hacíamos las cosas así, antes de diciembre estaríamos descendidos".
Por ello "en Huesca tuvimos un inicio de Liga muy bueno. No tengo reproches en general, si bien no estoy de acuerdo en algunas cosas que vimos en la segunda parte donde nos metimos demasiado atrás en algunos momentos, además de no saber terminar algunos buenos contragolpes que montamos en superioridad, ... lo digo igual, a pesar de la victoria".
EL ACIERTO DE SEGUIR EN EL ANEXO
Víctor no encuentra refugio en las excusas. Tampoco las quiere recibir de sus jugadores. Estaba especialmente preocupado por la posible bajada de tensión que pudieran ofrecer los futbolistas que realizaron la pretemporada con los profesionales, quizá afectados por el rápido cambio de altura competitiva: "Pero este año han vuelto todos muy bien. Estamos muy satisfechos en ese aspecto, porque es también una prueba de madurez que nos brindan. El trabajo que hemos debido realizar, en relación a otras campañas, es mínimo. La respuesta en el filial es acorde a lo que el equipo necesita".
Un conjunto filial que se ha empleado a fondo para no hacer la mudanza. La bolsa de puntos que se disputa como local habrá de resolverse en un campo de juego donde Las Palmas Atleti se siempre fuerte y cómodo. "He de agradecer al club el esfuerzo y la comprensión que han tenido con nuestra petición de no movernos de la instalación auxiliar. Las condiciones del campo, ya lo hemos explicado, son ideales para nuestro juego. Luego, en los partidos, ya se verá qué ocurre. Lo podremos discutir, pero habernos quedado allí es un acierto que hemos de agradecer a toda la entidad y en especial al director de formación y captación, Tonono Rodríguez, que ha sido un valedor de esta idea".
En ese escenario, a las 11.00 horas del domingo, será donde Afonso alcance su particular récord de partidos con la batuta de una orquesta que irrumpió en la temporada a ritmo de generala.
Víctor Afonso y José Luis Padrón observan el trabajo de los futbolistas del filial (C. Torres)
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