
Por Manuel Borrego
Hay una frase que pronunciaba hace dos temporadas el defensa Diego Herner, al referirse a la propia UD Las Palmas de entonces y al juego que desarrollaba. La dirigió el argentino, que era buen analista deportivo, a los periodistas: "Cuando ustedes vean correr mucho en el campo a Javi Castellano -entonces pivote titular de 41 encuentros- significa que el equipo no está bien". La frase se podría ahora reformar con otros conceptos de juego y protagonistas relacionados con las andanzas del segundo proyecto de Sergio Lobera. "Si no aparece Valerón, entonces algo no funciona".
Y eso es precisamente lo que ha ocurrido en las dos primeras jornadas del campeonato con derrota y empate ante los dos Deportivos de la Segunda División, el de La Coruña y el Alavés. Valerón estaba en el campo, jugó los 180 minutos al completo, pero no se le identificó. Tocaba el balón pero no lograba que sus jugadas tuvieran la intención y profundidad del futbolista que se le espera. Pero ello no se debe precisamente a que el brujo de Arguineguín, que mantiene muchas de sus facultades a un nivel notable, ponga su ingenio a servicio del equipo. Es que el acompañamiento en el campo no sigue la estela de su juego en la coordinación de las operaciones de ataque.
Así, el equipo que posee al jugador en teoría mejor asistente del campeonato de Segunda División, o al menos al más reputado, no ha logrado en esos 180 minutos combinar una sola jugada con eficiencia en ataque, que acabara con un remate al menos intencionado. Pues cuando hablamos de Juan Carlos Valerón lo hacemos pensando en el jerarca de la ofensiva amarilla, el hombre que tranquiliza y que trae ideas, el inventor del pase inesperado con una ganzúa visual que está al alcance de pocos. Ese jugador está en la plantilla pero, de momento, no le vemos porque el sistema empleado o la manera de hacerlo no refleja su mayor producción.
Las Palmas, cierto es, tiene un comportamiento defensivo bastante aceptable cuando no posee el esférico. Se repliega y protege bien, acumula hombres de manera ordenada y con sacrificio. Y, si algo falla, Barbosa está. Pero hasta ahora no ha sido un conjunto que se despliegue y acierte en la proporción que necesita un conjunto candidato a la zona alta. Y estar arriba en la clasificación implica que ambas facetas las domine de forma amplia.
"El equipo que posee al mejor asistente del campeonato no ha enlazado una jugada de peligro combinada en las dos primeras jornadas de la Liga"
A través de la combinación el equipo de Lobera ha sido capaz de controlar el juego en algunas fases. Pero necesita más: apariciones, abundancia de efectivos con desmarques, ... y alguien que asocie su última voluntad con el pase del 21. Necesita velocidad en sus acciones y ser imprevisible, como el técnico anhela; requiere muchas cosas más que sólo se consiguen con trabajo y mecanizando el prometedor fútbol que atesoran los Nauzet, Momo, Chrisantus, Spas, Tato, Mayor, ... y los que han de venir. Si todo ello se conjuga tendremos un buen termómetro para saber que, "cuando veamos mucho en el campo a Valerón, el equipo estará mejor".
¡Abracadabra!, señor Lobera.