Vázquez gana el primer asalto
19/08/2013

Por José Hernández

No se empezó con buen pie, es evidente. Una derrota en la primera jornada, y en casa, es decepcionante, pero al mismo tiempo, no se puede echar todo por la borda, porque esto solo acaba de empezar. Hay que hacer correcciones, desde el propio banquillo, en donde su inquilino, Sergio Lobera, tiene bastante trabajo que hacer. Está claro que una cosa fue la Unión Deportiva de la primera media hora, y otra, que el equipo se fue desdibujando a partir de ese momento, como reconoció el técnico al finalizar el encuentro. El entramado defensivo que dispuso Fernando Vázquez aniquiló las opciones amarillas que apenas llegaban al área contraria.

Esas dos líneas de cuatro hombres delante del portero del Deportivo hizo que Valerón tuviera que retrasar más su posición y lejos del área, el mago de Arguineguin es menos dañino. Sus genialidades se quedaban cortas, o eran abortadas por los adversarios, y este planteamiento ultradefensivo se lo van a encontrar los amarillos en más de una ocasión a lo largo de la campaña. Es el antídoto al juego de Lobera y el factor sorpresa queda para oportunidades muy contadas.

Falto el desmarque y la punta de velocidad en los últimos metros. Lo intentó Tato, pero su esfuerzo fue inútil, y lo peor que, aún con superioridad numérica tampoco se sacó partido de ella. Es más, para ponérselo más fácil al Deportivo, un intento de despeje a lo loco innecesario de Xabi Castillo y una mano interceptando el balón, acabó con el lateral en los vestuarios antes de tiempo. Dos tarjetas que hay que gestionar mejor.

Pero como decíamos anteriormente, queda mucho camino, pero hay que esmerarse en el trabajo. Faltan por llegar refuerzos, se esperara hasta última hora, que es cuando pueden saltar oportunidades en lo que se está buscando. Ojala se tenga suerte en la elección y esa espera de sus frutos. En un mundo tan mercantilizado como está el del fútbol la compra o venta hay que hacerla en el momento propicio, y cuando el reloj está a punto de tocar, los nervios y desesperos, pueden jugar una buena o mala pasada. Lo dicho, esperemos que se acierte.

 

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