Herrera no firmó su renovación en la UD por cuestión de minutos
11/07/2013

Una llamada de su agente cambió el destino cuando el jugador ya se dirigía a Pío XII para rubricar el contrato

T.A.

Fue cuestión de minutos. El delantero del filial, Cristian Herrera, tenía decidido firmar la renovación de su contrato con la UD Las Palmas. Estaba de acuerdo con la exposición del club e, incluso, se abrazó a Tonono Rodríguez -uno de sus valedores, responsable de captación y formación de la entidad-. Le habían convencido porque le llegaba el gran momento del salto al primer equipo tras diez años de amarillo. Los incentivos del futbolista grancanario eran más deportivos que económicos, con la posibilidad cierta de desarrollar carrera en la UD Las Palmas.

Ocurrió todo en cuestión de minutos. Herrera, tras días de espera por parte del club, se dirigía a Pío XII para firmar en persona el contrato y ya centrar sus energías en la pretemporada, a las órdenes de Sergio Lobera. Si la llamada de su representante, Pedro Bravo, se hubiese producido unos minutos más tarde, el jugador se habría quedado sin capacidad de maniobra. La oferta del Elche CF (temporal y económica) fue tan tentadora que de manera unilateral el futbolista canterano rompió sus acuerdos con el club de origen, asumiendo todos los riesgos.

Las explicaciones llegaron más tarde, pero ya había levantado el enojo entre todos los miembros del staff técnico de la entidad amarilla. "Fue una decisión personal, exclusiva mía", confirmó el jugador a Tinta Amarilla el mismo martes. La historia cambió en unos minutos y los restantes detalles de la operación quedan para los protagonistas. El caso se divulgó con detalles entre sus compañeros de filiales, igualmente sorprendidos por el desenlace.

El jugador ya se encuentra en destino. El club ilicitano no le ha presentado aún, hasta este jueves, en el grupo de refuerzos del filial ilicitano. La posibilidad de alcanzar incluso la primera plantilla está abierta y con esa idea se marchó el máximo goleador del filial Las Palmas Atlético.

La marcha de Herrera facilitó, en consecuencia, que la UD Las Palmas evaluara la situación de las negociaciones con Tato, un jugador que ofreció unos números aceptables y que conoce bien las tripas del vestuario grancanario.

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