
Carlos Gutiérrez quiere "ser el mismo, ser humilde y no bajar los brazos" en su siguiente etapa como futbolista profesional
Manuel Borrego
Un año en la vida de Carlos Gutiérrez da para mucho: integración en la Casa Amarilla, meterse en el molde del filial, convencer al técnico, convertirse en un referente de su equipo, disfrutar del ascenso a Segunda B y recibir la confirmación de la UD Las Palmas que su nombre se integra dentro del grupo profesional de la próxima temporada con Sergio Lobera. Un año, pues, muy intenso, lleno de peldaños que el zaguero central tinerfeño ha escalado paso a paso con la satisfacción final: "he comprobado que los sueños se hacen realidad con trabajo", manifiesta a Tinta Amarilla durante el primer fin de semana de descanso. "He pasado en un año de estar en un equipo que luchaba por salvarse a poder llegar a una plantilla que aspira a jugar en Primera". La vida le sonríe.
Carlos tiene por hacer en el verano. Está en manos de fisioterapeutas en Tenerife porque aún tiene secuelas de la lesión de tobillo que sufrió en vísperas a la promoción de ascenso con el CD Tuilla. Esa labor no la va a abandonar porque cuando el calendario deje caer la hoja del 15 de julio espera estar al 200 por ciento para desarrollar su modus de operar: "trabajar en silencio y escuchar a las personas que me aconsejan".
Un año atrás, Carlos se presentaba en Pío XII casi de puntillas, tímido quizá porque era una de las nuevas caras del equipo filial. Pero paso a paso fue conquistando distintas etapas de la campaña para llegar a un final que es una compensación a su empeño personal. "Se me pasó por la cabeza que iba a realizar la próxima pretemporada con el primer equipo, eso lo admito. Pero cuando se confirmó que iba a estar en la primera plantilla sentí una gran alegría porque es la compensación a muchos años de trabajo. Ni yo mismo aún me lo creo; cuando llegue ese día, que lo estoy deseando, veré que todo ha sido verdad".
Los nuevos de Las Palmas Atlético 2012-13. Era el arribo en la UD Las Palmas de Carlos Gutiérrez, el segundo a la izquierda de pie, escoltado por Jesús y Alejandro Rodríguez (C. Torres)
"Aquí, en casa, la gente que me conoce me ha felicitado y a todos les he agradecido el haber estado siempre conmigo, confiando en mí", continúa. "Este año ha sido una temporada de crecimiento a nivel personal. He mejorado a nivel defensivo algunos aspectos, a base de entrenamientos. José Luis Padrón -asistente de Víctor Afonso- es el que más ha insistido en este trabajo. Otra de las facetas del juego en las que noto mejoría es en la salida del balón desde mi posición. Esto me va a ayudar en las siguientes etapas de mi carrera". Porque había que preguntarle a Carlos si se ve como pieza que encaje en el estilo de juego que predica Lobera en la UD. "Por supuesto. Llegará el momento en que tendré que escuchar al míster para saber lo que quiere de mí. Creo que una de mis virtudes deportivas es precisamente el saber amoldarme a todo tipo de situaciones tácticas que se plantee. Escucharé y actuaremos como el entrenador nos diga".
"Quiero seguir igual en mi vida", afirma el defensa. "Mi familia me aconseja, está muy encima. Creo que ser humilde y no bajar las brazos es un buen principio. ¿El debut?. Claro que me lo imagino. Llevo trabajando mucho tiempo para ello. No tengo pensado ninguna promesa pero cuando llegue ya veremos". El horizonte profesional de Carlos Gutiérrez "no está definido salvo que mi deseo es llegar a la Primera División, con la UD Las Palmas mejor. Eso sí se ha convertido en un sueño y más ahora que hemos estado tan cerca y se ha comprobado que se puede conseguir. El equipo seguro que lo va a intentar otra vez".
Como rasgo distintivo destaca Carlos su voz de mando en el terreno de juego, haciéndose notar en todas las actuaciones. "Esto no lo voy a cambiar. Desde pequeño siempre he tenido la costumbre de ayudar a los compañeros desde mi posición, donde se observan muchas cosas para defender mejor. Poco a poco iremos asimilando mi papel en el primer equipo donde, por cierto, encontré un vestuario muy unido. Es un grupo de compañeros de trabajo y de amigos, donde nadie se siente extraño. Es algo que me llamó la atención porque con este ambiente se pueden hacer muy buenas cosas".
Él es un hijo del proyecto de cantera de la UD Las Palmas a través de la captación en distintas islas. También en Tenerife se habla de potenciar el trabajo de la base aunque, en su opinión, "los conceptos se emplean de forma distinta en los dos clubes. Ahora, en Segunda A, tengo mis dudas de que el Tenerife sea capaz de dar salida a jugadores de cantera al tener una exigencia mayor. El tiempo dirá si es así o no". Pero él, que ha vivido ese tramo que recorrer la formación hacia la profesional, comprende un año después que "mereció la pena. Ha sido un año inolvidable para mí".
Y sólo es el comienzo.