C. Torres
Los jugadores del CD Tuilla, que combatieron con honor hasta el final sus opciones de ascenso en la eliminatoria de campeones frente a Las Palmas Atlético, vivieron ajenos a las celebraciones del equipo grancanario. Al contrario: tras la guagua que les llevaría al Aeropuerto, sentados en el duro firme de tierra de Siete Palmas, saborearon la recompensa de un bocadillo. Habría sido su premio con independencia del marcador final del partido. Algún comentario fuera de lugar hacia aficionados isleños y viceversa pudo hacer que el almuerzo se les atragantara.