Por Manuel Borrego
Cuenta Ruymán Almeida, el periodista de UDRadio que primero entrevistó al niño Alejandro Rodríguez -célebre ya por su gesto de paralizar una discusión de adultos en un partido Unión Viera-Barrio Atlántico-, que durante el encuentro en la emisora oficial del club amarillo el jugador miniprebenjamín de cinco añitos le miró para preguntarle: "¿qué hago aquí?". No entendía, en realidad, cuál era su mérito y por qué algo tan sensato como pedir a dos personas que "paren, paren, paren"un litigio era tan importante. Él sólo quería seguir jugando con sus amigos y por su iniciativa acaba siendo noticia ya a nivel mundial. Es un mundo complejo el de los adultos, sin duda, que de alguna manera se enorgullece luego al saber que existe pureza en la semilla, que en esa magnífica fotografía de Rubén López Estupiñán hay un puñado de valores que debemos rescatar porque en ella reside nuestra propia esencia.
La reflexión de la escena producida en el López Socas tiene muchas direcciones. Merece premio para los protagonistas de la misma, en la hierba artificial y tras la cámara. Ese instante mágico fue captado y su mensaje debe ser para llevarlo a las escuelas, a los campos de fútbol, a las canchas de baloncesto, a los terreros de lucha, a los clinics arbitrales, a las asociaciones de padres, a las peñas de aficionados, a las despachos de jefatura, ... Es deporte en estado puro y a uno, que fue niño como Alejandro, le hace viajar en el tiempo para saborear qué maravilloso era el fútbol cuando no existían árbitros y entrenadores; cuando los adultos no interferían normalizando el juego o condicionándolo con términos como codicia, ambición, objetivos, aspiraciones y el todo vale.
Alejandro dijo ¡basta!. Le siguen, le aplauden, le publican, ensalzan su coherencia infantil ... pero tememos que cuando pasen unos días todo volverá a la anormalidad.
EL REPORTAJE DE LA TELE CANARIA A ALEJANDRO RODRÍGUEZ