Un doble acto tuvo lugar este fin de semana en Firgas: la conmemoración del centenario del nacimiento del mítico luchador Pollo de Buen Lugar y la convocatoria de los Juegos de Gran Canaria que, organizada por la Consejería de Deportes del Cabildo de Gran Canaria en colaboración con ayuntamientos y federaciones y con el patrocinio de Fundación Disa, desarrolló su actividad con doscientos niños, aprendices de lucha canaria.
A esta concentración asistieron representantes de clubes de ocho municipios en las categorías prebenjamín, benjamín, alevín e infantil. Los jóvenes luchadores procedían de Agüimes, C.L. Agüimes; Firgas, C.L. Afurgad y C.L. Vecinos Unidos; Las Palmas de Gran Canaria, C.L. Adargoma, C.L. Atindamana, C.L. Guanarteme, C.L. Entre Amigos y C.L. Santa Rita; Mogán: E.M. Arguineguín; Santa Lucía: E.M. Santa Lucía; Telde: C.L. Castro Morales; Valsequillo: C.L. Almogarén; y Vega de San Mateo: C.L. Tinamar.
Mientras que los deportistas disfrutaban de las luchadas y recibían para ello las correspondientes correcciones de monitores y árbitros, los responsables de la Consejería de Deportes y de la Federación de Lucha se mostraban altamente satisfechos por la garantía de continuidad que tiene este deporte autóctono con tanto pequeño aprendiz involucrado en los terreros.
Centenario del mítico luchador firguense
Se produjo también la conmemoración del centenario del nacimiento de Manuel Marrero Benítez Pollo de Buen Lugar, mítico luchador de la década de los años cuarenta del pasado siglo. Había nacido en el barrio de Buen Lugar el 18 de abril de 1913 y fue líder indiscutible de Los Guanches de Arucas de 1943 a 1946, alcanzando tras su paso por el Ajódar de Guía toda la notoriedad que atesora, convirtiéndose en el mejor luchador del Norte de Gran Canaria y en toda una leyenda en Canarias, al lograr conquistar consecutivamente con estos equipos los primeros campeonatos provinciales y regionales de luchas celebrados en 1946 y 1947.
Todo un mito de la lucha canaria, que tuvo como máximo contrincante a otro no menos mítico "Faro de Maspalomas", con el que perdía desafíos, pero al ganaba en las luchadas de equipo, repartiéndose así el "Faro" títulos individuales y "Marrero" títulos de equipo.
Durante años ambos luchadores crearon una expectación que llenaba terreros, contando con fieles seguidores que tanto en la prensa, como en el terrero, discutían acaloradamente sobre todos los pormenores que rodeaban sus enfrentamientos. Era muy difícil desligar a uno del otro, hasta el punto que cuando en 1947 aparece en la prensa que el "Faro" plantea retirarse la noticia era la siguiente: "Pero decimos: Si el Faro se retira: ¿Qué será de Marrero?. El Faro y Marrero son lo que pudiéramos llamar los hermanos siameses de la lucha. Todo lo que hace el uno repercute en el otro. Así cuando el Faro está bien, se piensa en Marrero. Y ahora que el Faro ha anunciado que se retira. No hemos podido dejar de pensar en Marrero. ¿Se retira también?".
DESAFÍO DE 1954
Cabe recordar también el desafío que lo enfrentó en 1954, después de años de inactividad, a Manuel Suárez "Manolín", uno de los jóvenes baluartes del Adargoma. El lugar, el Estadio Insular ante miles de espectadores, y el motivo, ayudar a las maltrechas arcas de la Unión Deportiva Las Palmas. Un desafío ideado por Antonio Ayala que logró convencer al "Pollo de Buen Lugar", después de seis años retirado, para enfrentarse a un muchacho que estaba en pleno apogeo luchístico. Y si increíble es que aceptara el reto, más increíble es que lo venciera por 3 a 2.
Su buen hacer como luchador, así como su carácter tranquilo y apacible le hicieron granjearse el respeto y el cariño de los aficionados de toda Canarias.
En 1988 la Federación Regional de Luchas le otorgó la medalla al mérito deportivo, pero no tuvo ocasión de ir a recibirla personalmente porque le sorprendió la muerte el 16 de mayo de 1988, 14 días antes del día de Canarias, fecha de la entrega.
Pero de los reconocimientos tributados a lo largo de los años, nos quedamos con uno que lo describió a la perfección, como persona y luchador, en el año 1983, cuando el redactor periodístico Martín Moreno escribió:
"El "Pollo de Buen Lugar" fue un vistoso luchador en los terreros de las islas. Con hombría y buena maña, venció, y del mismo modo le cupo aceptar la derrota, aunque ésta se pronunciara contra justicia. Sus maneras de hombre educado y su personal modo de ver lo erigieron paradigma, espejo en que debían mirarse quienes quisieran cumplir como está mandado en las reglas del deporte... Todo un caballero, el "Pollo de Buen Lugar" hizo grandísimo honor a los postulados primordiales de la Lucha Canaria".
Texto biográfico y fotos remitidos a Tinta Amarilla por José Roque Falcón Falcón