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El día que Pepe Juan levantó el vuelo

Cuarenta años atrás, un incipiente centrocampista acariciado por Atlético de Madrid, Real Madrid y Barcelona apareció en la escena de una gran UD Las Palmas

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 05/04/2013 - 11:01

Manuel Borrego

Hace cuatro décadas en la capital grancanaria se hablaba de un gran equipo amarillo, que se codeaba como uno más entre la nobleza de España. Pero también se saboreaban los productos de la cantera, aquellos que encandilaban a la abundante afición seguidora de las otras competiciones locales. Uno de ellos tenía una luz potente: Pepe Juan Suárez (4 de diciembre de 1954), un jugador 'made in' Gran Canaria: técnico, sosegado, con carácter, ... Era Pepe Juan el juvenil abanderado de la década, el hombre que desde infantiles pasó a Regionales con la real camiseta del Artesano. Su nombre estaba en boca de todos hasta que el 7 de abril de 1973, en el Estadio Insular, por fin apareció con la elástica amarilla para formalizar su primera actuación.

Este domingo se cumplen cuarenta años de aquella aparición. Ocurrió en el encuentro frente al Burgos CF en el Estadio Insular, con goleada 4-1 de los hombres de Pierre Sinibaldi. Jugaron por Las Palmas: Cervantes, Martín Marrero, Roque, Páez, Hernández, Castellano, Justo Gilberto, Pepe Juan, Germán, León (relevado por Soto) y Fernández. Los goles fueron obras de Germán, Fernández (dos) y el cuarto de la serie lo materializó el juvenil debutante Pepe Juan. "¡Qué enorme alegría la de aquella semana!", empieza a narrar para Tinta Amarilla. "La convocatoria se produjo de un día para otro, sin que yo sospechara nada. No me lo podía creer; iba a jugar con aquel equipazo. En esa época Las Palmas tenía cincuenta jugadores por puesto, su entrenador siempre tenía la posibilidad de elegir. Yo era un privilegiado porque me entrenaba con el primer equipo y jugaba en Regionales con el Artesano, que era un club vinculado. Mi debut generó una gran expectación y el estadio estaba aquel día prácticamente lleno. Ganamos, goleamos, ... y todo salió como había soñado".

"Me alegré tanto de mi gol que al abrazar a Germán le provoqué una tortículis"

Y para rematar la jornada, se produjo además su primer gol de amarillo, en la portería burgalesa. "Fue un momento inolvidable. ¿El 4-1?. Claro que me acuerdo. Ocurrió tras una jugada personal por la banda y remate en la grada Curva. Me alegré tanto de mi gol que al abrazar a Germán le provoqué una tortículis (imagen de la derecha, del archivo de Norberto Rodríguez). Yo era casi un niño y aquello era mi sueño. Estaba actuando con los jugadores que tanto admiraba".

Porque en aquel equipo estaba el hombre que le había inspirado como futbolista. "Sin lugar a dudas: el mejor jugador que yo he visto en un campo de juego es Germán. La admiración que sentía aquel día y que siento por él todavía no la sabré explicar con totalidad. Lo tenía todo; y no hablo exclusivamente de sus cualidades técnicas o deportivas. Desarrollar en el campo la personalidad que el poseía era fundamental y eso lo notaba todo nuestro equipo. Germán, además, era casi vecino mío en Guanarteme. Fue mi referente desde niño y agradezco haber tenido la oportunidad de jugar con él. Quizá por ello el abrazo fue tan fuerte ..."

Porque en la valoración que tiene Pepe Juan de los futbolistas que fueron sus compañeros siempre destaca a los centrocampistas que podrían situarse alrededor de su propio perfil. "Brindisi, sin duda, ha sido el mejor extranjero que hemos tenido en el club. Ufff. Pero no me quiero olvidar de Jorge Fernández, al que quizá no se le valora tanto, pero era un jugadorazo, un gran organizador y un obrero. Es curioso que tenga estos gustos futbolísticos ya que resulta que como entrenador yo era todo lo contrario (se ríe casi a carcajadas). No me gustaba arriesgar, era un amarrategui. Es lógico, porque me tocó dirigir a equipos más modestos. Todavía tengo esa vena futbolística a pesar de que estoy alejado desde hace años. Me gustaría ahora enseñar a niños; es vocacional". Así que en la actualidad observa que "Las Palmas tiene un gran conjunto y muy buenas individualidades. Todos lo sabemos. Pero le falta un jugador de mando, tipo Trashorras. Ese es el que culminaría la plantilla".

"Primero el Atlético, luego el Real Madrid e, incluso, el Barcelona"

La fama de Pepe Juan Suárez había cruzado el brazo de mar hasta la Península antes de ese día tan señalado de la primavera de 1973. Era internacional juvenil y los ojeadores echaron sus redes. El primero en llegar fue el Atlético de Madrid, pero Suárez se quedó a las puertas porque "aunque estaba todo decidido se interpuso en el camino el Real Madrid. Mi familia era muy modesta -mi padre trabajaba en las plataformas- y el barrio estaba haciendo una colecta económica para que me pudiera pagar el billete del viaje a Madrid. El acuerdo con el Atlético era total. Pero jugamos con la selección juvenil en el Torneo del Atlántico, junto con Leocadio y Miguel Ángel; y los del Real Madrid me vieron. Sé que Luis Molowny estaba en ello. Me pidieron que no fichara por el Atlético. Así fue cómo estuve en el Real Madrid siete meses para jugar en sus filiales. Vivía en un edificio que regentaba el club", continúa, "compartiendo residencia con otros jugadores foráneos del equipo, como García Remón, Planelles o Del Bosque. Pero tuvimos un problema con el asma de mi hermano Julio y yo también quería regresar a la isla. Aquello no cuajó pero ..."

... El talento del joven Pepe Juan era creciente. " ... Y el Artesano, tras volver a casa, me vendió al FC Barcelona junto a Benito Morales. Allí tampoco me sentía a gusto", añade Pepe Juan. "Al mes estaba de regreso a la Isla y ya sabía que mi futuro pasaría por la UD Las Palmas. He de confesar que de por vida he sido madridista además de amarillo. Porque en la selección juvenil encontré a mi otro hermano: Juanito Gómez, del que recientemente se ha recordado su muerte en trágico accidente. Él era para mí un otro yo; éramos uña y carne desde que coincidimos en el equipo nacional juvenil. Todavía le echo de menos porque no era sólo un gran futbolista, era una persona de un corazón enorme. Por razones de salud de mi mujer, viajaba a Madrid y me hospedaba en su casa. Juanito dormía en el suelo y nos cedía su habitación. Eso nunca lo he contado. El día que le pasó aquello en Alemania con Lothar Mathaus (pisotones) yo estaba viendo el partido en su domicilio a través de la tele. Fui a buscarle al Aeropuerto para tranquilizarle. Reconoció de inmediato su error. Era como yo también: impulsivo pero reconocía sus errores".

Un personaje fundamental en su definitivo ingreso en la UD Las Palmas fue el doctor Manuel Aguiar Márquez, presidente de la Federación territorial. "Él sabía que la gente de la isla me quería mucho y la apuesta fue decidida. He de decir también que Sinibaldi fue un entrenador valiente, que daba salida a los jugadores de la cantera porque tampoco era fácil en aquel momento. Las Palmas era un equipo muy importante con jugadores valiosos a nivel nacional. Los relevos de la cantera no eran sencillo que cuajaran".

Sintió Pepe Juan que, de alguna forma, la grada del Estadio Insular generó expectativas en él como heredero del hombre al que más admiraba. "Es cierto. Se hablaba de mí como el sucesor de Germán Dévora. Esas son palabras mayores. No sé si llegó a presionarme ese concepto, quizá a la larga me perjudicó. Yo tenía también mi propio estilo y lo que había conseguido Germán en el equipo era muy difícil".

La hora lectiva con Don Antonio ... Tonono y algunas novatadas

Los días que sucedieron al debut fueron para Pepe Juan la continuación de un cuento de hadas. Aunque "yo conocía a los jugadores profesionales por el contacto de los entrenamientos. Los futbolistas noveles teníamos antes un respeto enorme a los veteranos (se ríe otra vez porque está memorizando una anécdota). En uno de mis primeros viajes con el equipo, Tonono me sacó a pasar. Yo le llamaba don Antonio. Me 'enseñó' Madrid de noche; me llevó de acá para allá. Y cuando terminamos el rodeo y yo estaba entusiasmado me dijo: ¡Pues ésto es lo que no debes hacer. Así que a dormir, machango!".

A la derecha, la licencia federativa de Pepe Juan, expedida precisamente el 7 de abril de 1973, día de su debut ante el Burgos (Archivo: Norberto Rodríguez)

Y como no podía ser de otra manera, la cara juvenil del equipo padeció las novatadas de los capitanes. "Ocurrió en el tren, claro. Me designaron la cama, me acosté en ella y pasé una noche horrible. Me levanté tieso, con unos dolores de espalda a causa de lo incómodo que era. No sospechaba que bajo el colchón habían puesto una escalera de metal". Con el tiempo era Pepe Juan el que estuvo al otro lado. "La broma más célebre se la gastamos a un periodista del Eco de Canarias, Juan González. Ernesto Aparicio le preparó un paquete lleno de piedras que pesaba un quintal. Se lo dejamos en recepción para que lo trajera desde Almería a Gran Canaria, porque era presuntamente un encargo para su compañero, el fotógrafo Félix Urquijo. Él no sospechó nada", prosigue. "Y además decidió no facturarlo en el Aeropuerto por el sobrepeso. Iba por todos lados cargando aquel paquete, se le notaba cansado; pasamos por el Aeropuerto de Madrid también. Le decíamos que aquello olía a chorizo o algo así, que daba la impresión de que eran embutidos. Cuando llegó a Las Palmas se lo entregó a Urquijo y éste lo abrió en medio de la redacción, ante todos los periodistas ... El cabreo de González fue de época".

El triste final de 1983

Pepe Juan estuvo en el campo de juego del Estadio Insular aquel 1 de mayo de 1983 cuando la derrota 1-5 ante el Athletic de Bilbao cerró 19 temporadas consecutivas en la Primera División. Subraya este día como "el más triste de mi vida, imborrable. Todo fue una cadena de sucesos en nuestra contra. Partido a partido, durante las siete últimas jornadas, no logramos consolidar la permanencia. Mañana por hoy y así hasta el final. Marqué el 1-0 al Athletic, pero aquel equipo corría como ningún otro. Eran imparables en el aspecto físico. El mismo Félix Marrero parecía nada al lado de aquellos jugadores rojiblancos". Uno tras otro llegaron los goles bilbaínos hasta que se confirmó el descenso. "No me lo podía creer; nadie en la isla lo creía. Pero fue así. Lo pasé muy mal, me encerré en mi casa. Había gente, aficionados, esperándome en la puerta del edificio ... pero por aquella época tenía mucha amistad con luchadores, porque soy un amante de la lucha canaria. Algunos vinieron a visitarme a mi domicilio. Y por la tarde salimos a dar un paseo. Con aquella escolta nadie se atrevió a decirme nada".

Pero en su memoria existen algunos top personales: "Mi mejor recuerdo, por las emociones, fue el día del 3-1 al Celta, no sabíamos entonces que era el último partido de Tonono (1975). Me parece que fue un partido inolvidable por la salvación. Yo marqué dos goles, entre ellos el único de cabeza en mi trayectoria profesional. El mejor gol: aquel del debut que antes recordé, por la transcendencia que tenía para mí. Mi mejor actuación fue frente al Racing de Santander con un gol en la Grada Curva ... He de reconocer que, aunque no hice fortuna en el fútbol, fui superfeliz. Y si volviera a vivir, me gustaría volver a disfrutar los mismos momentos".

Foto de la izquierda: el Getafe Deportivo de la época de Pepe Juan (agachado, primero de la derecha). El segundo desde la izquierda (agachado) es el también amarillo Carmelín (TA)

Pero Pepe Juan no puede olvidar un breve ciclo donde se sintió sobremanera un jugador líder: "Fue en el Getafe, el año en que fui cedido porque no contaba para Roque Olsen o no nos entendíamos bien. En aquel equipo me salía todo. La gente me quería muchísimo en el campo de Las Margaritas, me hicieron sentir un jugador importante. Y además la repercusión de cualquier actuación era increíble. De hecho a las pocas semanas de estar en el Getafe el Atlético de Madrid vino a hablar conmigo y planteó mi compra a la UD Las Palmas, pero don Jesús García Panasco dijo 'no'. Mira que las tuve con él ... pero fue un personaje irrepetible en la historia de nuestro equipo".


El nacimiento del central Felipe Martín

La otra cesión en la vida profesional de Pepe Juan se produjo en el Sant Andreu (1976-76), donde actuó junto a Felipe Martín. "Allí fue donde se produjo el inicio de su etapa como defensa central, con el entrenador Ferdinand Daucik, que era cuñado de Kubala. Este dato no se conoce aunque luego el mérito de consolidarle como defensa lo tuvo Miguel Muñoz en la Unión Deportiva". Felipe Martín, zaguero tinerfeño, acabó como internacional absoluto en el centro de la defensa, tras su inicio en la UD Las Palmas como delantero.

Una formación de 1972-73 en UD Las Palmas: Cervantes, Martín Marrero, Hernández, Estévez, Páez, Castellano -de pie-, Pepe Juan, Gilberto II, Fernández, Germán y León (Archivo de Pepe Juan Suárez)

Alineación de 1975 frente al Celta, partido señalado por Pepe Juan. Arriba: Carnevali, Martín Marrero, Tonono, Hernández, Félix, Castellano; debajo Pepe Juan, Wolff, Fernández, Germán y Felipe Martín (Archivo de Norberto Rodríguez)