Por Higinio Medina
Lo tenía todo de cara la Unión Deportiva Las Palmas en los prolegómenos del partido en el que se enfrentaba al Guadalajara (0-1). La respuesta del aficionado había sido excelente. Durante la semana era tema de conversación en las tertulias: acudía, ¡por fin!, a la llamada del Club a pesar de ser un día de puente. Se habían creado grandes expectativas y mucha ilusión. Pero volvió a aparecer el equipo canario que no suele estar a la altura de las circunstancias; ese equipo que suele decepcionar en los momentos importantes.
De nada valió la reacción en la segunda parte, más por estrategia del rival que por ímpetu propio. Así no se va a ninguna parte. Ni siquiera el "Sí se puede" ejerció de revulsivo en esta ocasión, y menos, por paradójico que parezca, contar con la tan demandada presencia de seguidores.
Una imagen vale más que mil palabras, y esa imagen fue ver al lateral Atouba en los minutos finales sin saber a quién pasar el balón en un saque de banda por la pasividad de sus compañeros. Esa sensación de impotencia fue la consecuencia de no saber reaccionar durante la primera parte, regalándosela por completo a un contrario, que vino a hacer su papel, pero que no se esperaba tal cúmulo de facilidades.
Se fallaron oportunidades, como suele ser habitual, pero es que en esta ocasión el gran héroe del partido fue Mariano Barbosa con sus paradas, quien además, con gesto de rabia por lo que veía en el terreno de juego, "pegaba una patada" a uno de sus postes en el transcurso del primer periodo.
Ni en el campo, ni en la banda había ideas, y a veces vale la pena salirse del guión preestablecido si así lo requiere la ocasión. Es en este tipo de encuentros cuando hay que saber estar. A un profesional no puede pesarle tanto la responsabilidad, ni cuando se está en opciones de descenso y mucho menos cuando se está luchando por el ascenso.
Afortunadamente todo sigue igual. Treinta puntos por disputar y seguir dependiendo de sí mismo. Esperemos que haya sido el partido tonto del año, y aunque hemos comentado por activa y por pasiva que todo está por hacer, y que nadie va a regalar nada, es a partir de ahora cuando de verdad debe verse a un equipo que sigue ilusionando, como, a pesar de los altibajos de la temporada, que sigue manteniendo viva la llama del ascenso, tan necesaria por múltiples motivos y que hoy ha quedado en entredicho; pues parecía más que se estaba jugando en Guadalajara que en Las Palmas de Gran Canaria.