T.A.

Pasaba la UD Las Palmas apuros de verdad. Había salido decidido el Sabadell asediando el área canaria. Barbosa intervino en dos oportunidades a disparos de Abraham Paz y Aníbal para evitar el 1-0. Las Palmas aguantó el chaparrón arlequinado hasta que enganchó una jugada de sencilla ejecución en la que fue capaz de desarrollar su mortal contragolpe.

Esta vez el camino elegido tuvo atajos, en una acción combinada casi todo al primer contacto. Hernán prolongó un balón bombeado hacia la posición de ariete, evitando a los arlequinados que aguardaban en la línea medular. Este centro propició una jugada de dos atacantes visitantes contra cuatro defensas y portero del equipo catalán (imagen 1).

La recepción del cuero corresponde a Tato, que había intercambiado con Thievy el puesto teórico. Tato se anticipa a los defensas para desviar en profundidad de cabeza, buscando la galopada de su compañero francés que ya ganaba en carrera a sus marcadores (imagen 2).

El galo no encuentra obstáculos para alcanzar el área, pero levanta la cabeza antes de tomar una decisión (imagen 3). Es el mismo Tato quien le hace una señal indicándole dónde quiere el pase: en la boca de gol (imagen 4). Thievy lanza raso el cuero con el mérito de enviar el pase preciso de fuerza y dirección. Tato, en velocidad, ya sólo tiene que empujarlo y poner por delante a la UD Las Palmas en un partido que estaba complicado.

Esa fue la llave maestra que abrió el partido y que encarriló un importante triunfo en Sabadell que deja a los amarillos rumbo a un destino cada vez más apreciable. A partir de esa acción, desapareció un buen Sabadell y surgió una extraordinaria UD Las Palmas.