El gemelo está convencido del acierto de su cesión al Mirandés donde ha logrado hacerse un hueco en el equipo titular
Manuel Borrego
El gemelo Sergio Suárez está convencido de haber tomado la decisión acertada hace mes y medio, al asumir la que es su segundo cesión a un destino futbolístico. La primera oportunidad fue en el Castillo, en la temporada 2005-06, en Segunda B. "Han confiado en mí desde que llegué a Miranda de Ebro. Necesitaba minutos y los he logrado. Tras el verano volveré con energía a la Unión Deportiva. Añado a mi fútbol la pelea y la fuerza que tiene este equipo".
El Mirandés brindó el pasado fin de semana la más sonora campanada de la Segunda División, al convertirse en el primer equipo que este año asalta el Martínez Valero de Elche. "Ha sido una victoria muy importante, que nos ha dado aire para tener un margen de puntos con respecto al descenso de categoría. Nadie esperaba nuestro triunfo, pero con el marcador a favor el Mirandés se defiende muy bien. El Mirandés fue muy práctico y supo ganar".
Al técnico Carlos Pouso le costó poco convencer a Sergio Suárez para que comprobara que "tengo un equipo donde veo cumplido mi objetivo, al margen de poder ayudarles para la salvación. Mi integración en la ciudad ha sido muy fácil. Aquí se vive un ambiente de fútbol como en Las Palmas. En las calles, en las viviendas, hay banderas del equipo por todas partes. Y el estadio tiene un ambiente propio entrañable. No es muy grande, pero es cálido para el jugador. Es uno de los aspectos positivos de un estadio sin pistas de atletismo".
Una imagen retrospectiva de Sergio con Nauzet Alemán
"Siento que, con la confianza, voy creciendo como futbolista ... Lo he jugado todo en las últimas jornadas, desde que debuté. Es lo que necesitaba para coger el ritmo otra vez en la competición. En Las Palmas", comprende, "estaba muy complicado tal y como se desarrollaba la temporada". Tal situación le supone un avance profesional aún cuando "el Mirandés es un equipo humilde, pero muy trabajador. Su fútbol se basa en la lucha y en la fuerza, pero esconde quizá la calidad que tienen muchos de sus futbolistas. El míster me dice que a mí la calidad me sobra, pero tengo que añadir otros aspectos a mi juego. Aún no estoy al ciento por ciento, pero a este ritmo lo conseguiré".
Sergio ha conseguido enlazar su propósito personal con los intereses del equipo. Pero no puede quitar la vista de la UD Las Palmas. "Iba en la guagua desde Elche a Miranda de Ebro cuando jugaba Las Palmas en Almería. Lo seguía por internet pero no los minutos finales. Me llevé una gran alegría con el gol de Murillo; me lo contó de inmediato un compañero. Y más cuando comprobé que mi hermano Francis había participado en la jugada. Todavía queda mucho recorrido".
Y a unos kilómetros más al Norte, mantiene contacto con un compañero en idénticas circunstancias: Tyronne, cedido al Baracaldo FC. "Hablo mucho con él. Todos los fines de semana intentamos vernos pero no es posible por los compromisos de los equipos. Está jugando y hace dos jornadas proporcionó la jugada del gol del Baracaldo. Él está contento con esta etapa donde le ocurre igual que a mí: ha de asimilar el estilo del Norte. Los frutos de este año los verá de nuevo cuando vuelva al equipo".
Lo que aún desconoce el gemelo es si podrá actuar en la Liga frente al club de su procedencia. Porque "dependerá de cómo estemos y en qué situación esté la UD Las Palmas. Eso ya se analizará. Veo al equipo amarillo muy metido en su objetivo después de la victoria del fin de semana. Le ayudará a tener confianza", comenta.
Como isletero y ex compañero no oculta su preocupación por el caso Guayre, del que ya se comenta que podría abandonar la práctica del fútbol. "Hablé con él hace apenas unos días; me contó lo de la lesión. Sólo hay que verle entrenar para comprobar las ganas que ha puesto por volver a los terrenos de juego. Si al final decide no seguir habrá que entenderle. Que decida lo mejor para él y para los suyos".