El puntal C desvela que el Agüimes de planear la protesta durante la semana
M.B.
Joan Lajo acudió a un centro de salud después de la luchada. Allí, los doctores ratificaron que sufría una herida sin riesgo de contagio. El puntal C nos envió el siguiente mensaje que reproducimos en su totalidad: "Acabo de salir del Hospital Clinica San Roque y nada más ver el brazo el médico dijo que se trataba de una herida, quemada o laceración no compleja, sufrida hace una semana por su cicatrización. Es una herida no infecciosa o contagiosa donde permite la práctica de la lucha canaria".
Lajo nos atendió a la salida del terrero para explicar lo que había acontecido con su herida en el brazo izquierdo. Estaba decepcionado por su eliminación sin llegar a tocar el calzón de Níchel Hernández. Esto fue lo que relató a Tinta Amarilla:
"Hace dos lunes realizamos un entrenamiento específico en La Presa. Me preparé con Cristo Izquier (ex luchador la pasada temporada del Roque Nublo), que ahora está luchando en La Palma. Cristo tenía puesto una pieza de licra térmica. Estuve toda la noche agarrando con él y ese roce con mi brazo provocó una úlcera. El martes, lo mismo. El miércoles se me inflamó, porque era una quemada. El pasado viernes luché (contra el Agüimes, en el encuentro final de la fase regular). No estaba sangrando, pero tenía esta misma herida". El relato de los hechos lo continúa el puntal C recordando que el durante la presente semana volvió a sangrar el martes: "pero el miércoles se me quedó en una costra. Es una simple quemada, nada más".
Lajo, muy afectado por lo acontecido, relató que "en mi vida como luchador he agarrado con muchos compañeros que incluso han presentado herpes en el rostro. Sin embargo ... A la vista está de que esto no es un herpes, sino una quemada".
"NO HABÍA MÉDICO EN EL TERRERO"
El luchador capitalino advierte que "nos llegan informaciones de que esto (la protesta del Agüimes) lo tenían planeada desde el lunes pasado porque sabían que yo tenía la herida. Ellos se fijaron en ese detalle en la luchada anterior. Seguiré los pasos que me recomiende el equipo. Ahora mismo iré al médico para detallar lo que es (así hizo). Lo de la Federación es de escándalo", prosigue. "Un deporte como la lucha canaria presenta un terrero lleno sin un médico en las gradas para que valore y otorgue la razón sobre lo que estaba ocurriendo. La Federación dice que sí; el árbitro dice que no. Porque la Federación dio el consentimiento para que pudiera agarrar, que me pusiera un vendaje".
Descubrió que "Nichel Hernández me ha pedido perdón porque él quería agarrar conmigo si aplicábamos un vendaje, pero la cosa se les fue de las manos. Era mentira, cuando su equipo estaba detrás apoyando (la decisión de no bregar)".
No sabía en esos momentos si el Adargoma presentaría algún tipo de alegato pero "ahora iremos a las malas. Nosotros cambiamos la lucha (con el Agüimes, en la fase regular) por una causa de fuerza mayor. Nos hemos portado bien con ellos, pero nos pagan con esta moneda. Podía haberme tirado Carmelo (Rodríguez del Toro), pero ganar un título de esta manera es triste. Este es el colofón a lo que me ha venido pasando este año, donde me encontraba muy nervioso pues las luchadas no salían como quería. Que te ganen echándole a la calle ... No sé. Les juro por la salud de mis hijos que todo lo que he dicho es cierto (...) Andrés Coruña, nuestro preparador físico, me dijo que me tratara la herida con aloe vera, pero en verdad no le hice caso. Betadine y agua oxigenada es lo que utilicé. No vengo a engañar a la gente, pero esto me ha dolido en el alma".
Esguince entre costillas
Javi Monzón, mandador y destacado del Adargoma, también pasó por la clínica la pasada madrugada. Debió retirarse ante Antonio Estupiñán al sufrir un esguince de cartílago intercostal entre el esternón y costilla. En la imagen, el gesto de dolor en el momento de verse forzado a la retirada (C. Torres)