Dani abandonó su posición natural para forzar una acción que desubicó y descoordinó a los efectivos de la muralla cántabra; el pase al espacio libre sella su gran jugada
M.B.
Cuando los equipos atacan se desordenan. Esa teoría preside cualquier planteamiento ofensivo porque el esquema teórico de los conjuntos siempre se refiere a su composición inicial o cuando sus actores se distribuyen en el campo de batalla con la intención de defender. Dani Castellano mostró este sábado que los términos desorden y sorpresa pueden estar asociados para un fin efectivo. Lo hizo en la jugada del gol que rompió las redes del conjunto cántabro, donde su iniciativa fuera de guión logró desubicar también a todo el bloque visitante. Observemos sus pasos:
'A'. La acción inicial se desarrollaba por la derecha con pérdida del balón por parte del equipo canario. Dani, desde la izquierda, realizó una cobertura hacia el centro ante la posibilidad de un robo. Estuvo atento y rápido para ejecutarlo, pero su carrera en horizontal le desplazaba desde su posición habitual (izquierda) hacia el lado opuesto (banda derecha, imagen primera).
'B'.Dani no puede parar porque ha perdido la perspectiva de su puesto natural. Nauzet se percata de ello y le releva dejándole un pasillo hacia la banda derecha pero, de forma inesperada, es el Racing quien también le abre una puerta por donde seguir avanzando. A cada paso, el gemelo se aleja de su posición ejerciendo además una atracción defensiva del equipo visitante hacia el costado derecho (imagen dos). Con un cambio de ritmo logra probar su zancada y tomar alguna ventaja.
'C'. El desconcierto cunde en el Racing ante el avance de un jugador cuyo marcaje no quedaba definido en el sector opuesto. Pero Dani no puede volver sobre sus pasos. Al tropezar con el muro cántabro toma una nueva decisión que será determinante para el desenlace de la jugada. Observa primero el desmarque de Thievy que busca un pase en profundidad y, de inmediato, Chrisantus realiza el mismo movimiento vertical hacia el área. El galo y el nigeriano, en realidad, son anzuelos que atraen a algunos defensores y liberan aún más el costado izquierdo del ataque canario por donde ya asoma en solitario Vitolo.
'D'.Al margen de su anticipación, poderoso físico y dinamismo, el sello de Dani Castellano en el 1-0 amarillo fue la tranquilidad que ofreció para observar el escenario que tenía en los metros finales del terreno. El zurdo grancanario comprobó la posición óptima de Vitolo para enviarle un pase calculado que su compañero convirtió en el remate ganador de la tarde.
El crecimiento futbolístico del gemelo Castellano no cesa. Para realizar una acción como la que decantó el encuentro de este sábado demuestra autocontrol, dominio del espacio y madurez para cerrar la jugada sin que su atrevimiento tenga coste para el equipo. Al contrario: el desorden fue el concepto primario que generó un gran tanto de una notable victoria.