No estaban todos en el mismo barco
08/01/2013

Por Manuel Borrego

"Canario: quien quiera que seas y donde quiera que estés, apoya esta causa". En los actos del sesenta aniversario de la fundación de la UD Las Palmas, el anterior presidente del Cabildo Insular, José Miguel Pérez, rescató este pasaje periodístico que había sido encontrado en los diarios de 1949. Sacaba a la superficie el espíritu general que se había generado entre todos los isleños de Gran Canaria para que zarpara rumbo al éxito el equipo amarillo y azul, el de todos, sin divisiones. Hombro con hombro, los cinco principales escudos dejaron atrás sus recelos y montaron la estructura deportiva que caminó en dos temporadas hacia la Primera División, con una afición que dejó en casa los colores de Marino, Victoria, Gran Canaria, Arenas o Atlético y se puso a sumar en una sola dirección. Tras ellos, en el timón: el Cabildo.

Al escuchar este martes las declaraciones del antiguo consejero de la corporación, Gonzalo Angulo, no dábamos crédito al contenido parcial de su mensaje. Entre otras cosas porque cuando se refería a la UD Las Palmas o a los actuales mandatarios hablaba de "ellos" y de su interpretación personal sobre un intento de apropiarse de una instalación que, a nuestro juicio, no tendría sentido sin la existencia del club que le da vida. Si el concepto "ellos" presidió en algún momento la redacción del proyecto del Estadio de Gran Canaria, si condicionó la toma de decisiones de los diseñadores que coordinó en su época el propio Angulo, ahora podríamos llegar a comprender por qué hasta hoy ese recinto no se ha introducido en el corazón de los aficionados grancanarios como antaño hizo el viejo Insular.

Escucharle, casi diez años después de la inauguración de aquel nuevo recinto que nació con la polémica de las pistas, revive con más fuerza si cabe la reivindicación popular para subsanar este error histórico que el Cabildo ha cometido. Además, cuando asocia argumentos para incultos e instintos primitivos imaginamos que incluirá en él a aquellos técnicos y asesores de la construcción de la obra que ya antes de 2003 -durante los primeros pasos de la edificación- trataron infructuosamente de convencerle para que se replanteara la construcción de un recinto olímpico a uno exclusivo para el fútbol, como finalmente se ha demostrado que demanda la inculta y primitiva afición de la UD Las Palmas. Aquí, en Gran Canaria, ha ocurrido igual que en San Sebastián, Mallorca, Almería, La Coruña, Jerez de la Frontera, Córdoba, ... Es la misma demanda y el tiempo llevará a idéntica rectificación. Cuando una mayoría tan amplia y tan dispersa pide lo mismo no puede haber tanto margen de error como piensa don Gonzalo.

El Cabildo de Gran Canaria, valedor del club sexagenario, ha estado en las principales fechas de la historia del club, soplando en la dirección correcta. Todos juntos: en 1949, en 1992, en 1996, ... pero, por lo que se puede constatar, parece que así no ocurrió en 2003.

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