Juan Pedro Borrego

Lisandro Hernández presidió la cúpula del Gran Canaria S.A.D. durante más de dieciocho años, tras relevar en el cargo al histórico presidente José Moriana. En ese tiempo fue partícipe de los momentos más sobresaliente de la entidad, como la conversión en Sociedad Anónima Deportiva, las primeras participaciones en las fases finales de la Copa del Rey y de la Liga, y en competiciones europeas. Hernández siempre ha vivido a la sombra, pero sus decisiones finales han sido las que han propiciado la instauración de un modelo Granca que muchos clubes de la Liga ACB ‘envidian' y han tomado como referencia. Este domingo recibió la merecida insignia de oro y brillantes de la entidad después de casi un lustro alejado de la poltrona del club. Y en su línea, Hernández recibió con orgullo el reconocimiento que para él "premia el esfuerzo de muchas personas durante años de trabajo".

Sólo unos pocos fueron testigos de esta mención al ex presidente del CB Gran Canaria. Lisandro Hernández volvió a seguir en segundo plano, como siempre ha hecho, y sin quitar ni un grano de protagonismo a los deportistas, dejó que le agregaran a su chaqueta la insignia del club del que seguro nunca quiso salir. Acompañado por sus más fieles colaboradores, el exdirigente amarillo recibió de Joaquín Costa un importante reconocimiento.

El actual presidente del club comenta que ""nunca un homenaje ha sido tan merecido, y es para una persona que de verdad se lo merece por tantos años de dedicación al club y por haber dejado el listón tan alto a sus sucesores, quienes esperamos al menos igualarlo". Y es que con Lisandro Hernández el Gran Canaria pasó de ser un club ascensor a estabilizar su presencia en la mejor competición europea, donde es uno de los más activos participantes desde 1995 ininterrumpidamente.

En ese tiempo, la entidad ha crecido notablemente, y del despacho que ocupaba en alquiler en Pio XII ha pasado a establecer sus oficinas en el complejo polideportivo de La Vega de San José, en propiedad de usufructo hasta 2050. Es uno de los activos más importantes de una entidad que busca la independencia definitiva, liberando al Cabildo de Gran Canaria de su tutela.

En lo deportivo, el Gran Canaria fue quinto en dos ocasiones en la Liga ACB, participó en seis fases finales de la Copa del Rey y en siete play offs por el título. A nivel internacional se clasificó para Copa Korac, cuatro veces para la ULEB Cup, una para la Fiba Cup y dos para la Eurocopa. Sólo dispuso de tres entrenadores en la ACB y ninguno fue destituido de su puesto antes de acabar el contrato; y dos en tres en Primera División, de los que sólo tuvo que sufrir una destitución en medio de la temporada, precisamente la que después le dio el ascenso final.

Lisandro ha sido un dirigente que ha vivido pasionalmente su cargo; capaz de emocionarse en la despedida de un jugador como Burditt cuando decidieron que tenían que prescindir de sus servicios en medio de la temporada; o capaz de admitir un desliz personal cuando las primeras críticas a su gestión asomaban por las ventanas de los diarios de información. Aún así, fue un dirigente capaz de aunar los consensos y quizás de su excelsa bondad se llegaron a nutrir algunas ‘aves de rapiña' que siempre merodean a los clubes grandes.

Así fue que su despedida no desplegó grandes aires de controversia en el mundo Granca. Se marchó o lo echaron sin hacer ruido, y de la misma manera ha recibido su merecido reconocimiento por parte de los que sí que saben del mérito de su trabajo.

Entrevista en Tinta Amarilla

Lisandro concedió el pasado mes de julio una extensa entrevista a Tinta Amarilla.es para repasar su etapa presidencial en el Gran Canaria 2014 en la que resaltaba que "la promoción de la isla a través del basket es incalculable". Para acudir a la mencionada entrevista, PINCHA AQUÍ