Los 17 tantos en los ocho primeros encuentros de la era Lobera empeoran los 16 de 2007-08, con Juanito en el banquillo
T.A.
A estas alturas de competición sabemos que lo presenciado en El Sardinero (0-1 en la jornada inaugural) fue un espejismo y que el ritmo actual de la UD Las Palmas en la Liga enciende las primeras señales de alarma. Negarlo supondría un acto de irresponsabilidad cuando se aprecian con claridad pilotos de advertencia intermitentes que nada tienen que ver con el reino de las sensaciones o el de los méritos acumulados; esa clasificación no tiene valor alguno en la Liga Profesional. El dato que está seriamente amenazando el proyecto de la era Lobera es el mismo que en su día cerró el ciclo ilusionante de Paco Jémez: los goles encajados. No corregirlo supuso una cadena de epidemias en el juego del equipo que puso en riesgo incluso su propia continuidad en la categoría.
La síntesis: en ocho jornadas la UD Las Palmas 2012-13 bate todos los registros propios de goles recibidos en su portería en Ligas de tres puntos dentro de la Segunda División. Consultar datos en esta misma página:
Esos 17 goles en contra, que han ido añadiéndose en cascada durante las siete últimas jornadas, han pasado factura a varios conceptos del proyecto actual. El primero de ellos es el diseño original del equipo amarillo y la idea futbolística de la que se habló en la pretemporada. Del equipo que empezó ante el Racing al conjunto que disputó el sábado pasado el choque de la octava jornada se han producido cambios en la manera de distribuirse en el terreno de juego y en la forma de asumir el mando de las operaciones. La producción, en cambio, es muy baja en su globalidad.
Si queremos encontrar algún parcial parecido en la octava jornada nos fijaremos en los 16 goles en contra de 2007-08, con Juanito Rodríguez en el banquillo, dos jornadas antes de producirse su relevo por Juan Manuel Rodríguez. Aquel año Las Palmas vivió con el susto en el cuerpo por su condición de colista en la primera vuelta, felizmente resuelta en la continuación con una remontada que presenta datos sobresalientes.
Los 6 puntos actuales al cubrirse el 20 por ciento del calendario (aproximadamente) también los empeoraba ese año 2007-08, con solo cuatro, aunque en aquella ocasión el equipo había sufrido seis derrotas, que contrastan con las cuatro actuales.
Un parcial de ocho encuentros, dos meses de competición, sirve para obtener las primeras conclusiones. No todas las Ligas son iguales ni el comportamiento de los consejos tienen un mismo patrón. En 1996-97 y en 2006-07 la paciencia fue efímera y en la sexta jornada (ambos) Pacuco Rosales y Carlos Sánchez Aguiar fueron relevados de sus cargos como entrenadores del conjunto. No es el caso de Sergio Lobera, que sin duda afronta una franja de calendario donde deberá revertir la situación con resultados (no con sensaciones o méritos). "Estoy deseando que llegue ya el partido frente al Castilla", dijo el sábado al terminar el encuentro frente al Almería.