Diez años de una hazaña canaria en el Chou Oyu (8.201 metros)
05/10/2012

El 5 de octubre de 2002 el grancanario Javier Cruz y el tinerfeño Juan Diego Amador hicieron cumbre en la mítica montaña, frontera de Nepal y Tibet

M.B.

Hace diez años, el 5 de octubre de 2002, Canarias holló la cima del Cho Oyu. El tinerfeño Juan Diego Amador y el grancanario Javier Cruz cumplieron el objetivo de la expedición que, bajo la dirección de Juanito Oiarzábal, ascendió los 8.201 metros de la mítica cumbre tibetana, la ‘diosa turquesa' porque es el color que la Naturaleza le otorga en inolvidables atardeceres. En el ataque final, cinco alpinistas entre los que se encontraban los dos canarios alcanzaron la cima y situaron por vez primera una bandera de la Comunidad Autónoma de Canarias a más de ochomil metros de altitud.

"Fue algo inolvidable", relata Javi Cruz a TintaAmarilla.es en la conmemoración de este destacado acontecimiento del deporte de Canarias. "Subimos sin oxígeno (ayuda auxiliar), hecho que supone un grado de dificultad añadido y que era un reto de todos los que estábamos en la expedición. Nuestra preparación para el asalto de esta cumbre que está entre Nepal y el Tibet la desarrollamos durante casi dos meses. Nos llevamos una gran sorpresa porque la cima es una extensión plana, parecía un llano y no supimos con exactitud dónde estaba el punto más alto hasta que empezamos a notar que había un descenso".

Juan Diego Amador, Juanito Oiarzábal y Javi Cruz; en 2011 durante un acto en Gran Canaria (C. Torres)

Javi Cruz expresa las emociones vividas en aquellos momentos. "El reto era convertirnos en los primeros canarios en poder alcanzar esta cumbre. Posteriormente sabemos que otros dos alpinistas de nuestra comunidad lo han intentado sin lograrlo. Diego y yo mantenemos diez años después este logro, que tuvo una gran repercusión mediática en Canarias. Tuve la fortuna", continúa Javi, "de quedarme en la cumbre en solitario durante media hora, después de que nos hiciéramos la foto. Lo que está a mis espaldas (en la imagen) es el mismo Everest. Recuerdo que le dije a Diego que aprovecháramos la ocasión porque, después del esfuerzo que representó el ascenso al Cho Oyu, no íbamos a tener otra oportunidad como aquella. Sin embargo, dos años después estábamos subiendo al Everest. Yo alcancé los 8.550 metros" mientras Diego lograba hacer también cumbre.

Javi Cruz disfruta aún al cerrar los ojos de aquel paisaje extraordinario que contempló en la sexta cumbre más alta del planeta. "En nuestro grupo también estaban Edurne Pasabán, que entonces no era tan conocida y había subido dos de los catorce ochomiles, y también Juan Vallejo. La organización de la escalada fue dura pero salió perfecta. Aún hoy disfrutamos de lo que vivimos en aquellos momentos".

El ascenso al Cho Oyu ese 5 de octubre de 2002 "en un día claro, ideal" significó un momento bisagra para el alpinismo grancanario. "Porque a partir de entonces Canarias descubrió este deporte y se han producido muchas iniciativas y una auténtica pasión por el alpinismo. No teníamos tradición pero ahora tenemos un pasado".

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