No; Thievy no está bailando una jota ni se contorsiona para una pirueta. Es la exageración de su gesto técnico al golpear el balón este martes en el entrenamiento de Barranco Seco, con un buen zurdazo. Tan concentrado estaba el galo en lo suyo que su cuerpo giró todo lo que el balón exigía, para precisar un disparo que acabó en las redes. Y, como los buenos artistas, mordió la lengua en el momento de firmar el lienzo. Por cierto, las botas que utilizó, como el resto de los compañeros, fueron las auxiliares porque este jueves será el día que serán de nuevo usadas las que viajaron a Barcelona ... Cosas de intendencia en aeropuertos.