
El fútbol acordeón de los amarillos se embarró a medida que avanzaba el encuentro tras malograr claras ocasiones para resolver la victoria con antelación
Manuel Borrego
Parecía todo encarrilado a la media hora. El fútbol acordeón de la UD Las Palmas perforaba una y otra vez el diseño de contención del CD Lugo, que vino a pescar lo que le permitieran en el Estadio de Gran Canaria. Tras la última línea había un filón y los estiletes amarillos entendieron la manera en que podrían utilizar la ganzúa durante el partido. Nauzet, Momo y Vitolo combinaban entre los lucenses y encontraban el trayecto directo en dirección hacia el área de Yoel; también el incansable Chrisantus. Las Palmas llegó a marcar en la tercera ocasión en la que sus emisarios encontraron el camino del área. Y además el gol fue una obra de laboratorio, con pases realizados a compás, internada de Nauzet y búsqueda de lado a lado para el remate de Vitolo (imagen inferior), lanzándose en plancha.
Todo iba sobre ruedas en el partido hasta que sacó petróleo el Lugo de una falta lateral que sorprendió a Barbosa y a cuantos estaban en el área. Ese mazazo fue suficiente para comprobar que el encuentro iba a cambiar totalmente su trayectoria. Porque tras el descanso y con la reconstrucción de las líneas de retaguardia, el Lugo embarró el choque hasta tal punto que bloqueó la maquinaria de fabricación local y dirigió peligrosamente el encuentro hacia el azar de las jugadas a balón parado. En esa especialidad los amarillos tienen, de momento, las de perder.
Las Palmas acabó por entrar en las redes tendidas por su adversario y a pesar de que se esforzó en resolver todas las ecuaciones defensivas que se le planteó, al equipo grancanario le faltó durante muchos minutos la frescura mental que le hubiese permitido enderezar un marcador que es lo peor del partido. No así la actitud y predisposición al trabajo de los amarillos, empeñados durante gran fase del juego en convencer que su fórmula es la adecuada para la victoria. La idea de la combinación sobrevivió incluso hasta los instantes finales porque el equipo de Lobera quiere convivir con ella en la felicidad o en el tormento, en la alegría o en la tristeza.
Pero el termómetro del fútbol son los goles y Las Palmas no estuvo fina con la puntilla este sábado. Al contrario, su rival fue capaz de lograr mucho con poca aportación en ataque y con riguroso orden defensivo también.
Si había un plan B, esta vez no funcionó.
Los destellos del encuentro
Minuto 24.Chrisantus irrumpe en velocidad tras un pase de Momo y su disparo cruzado lo salva Yoel con la punta de la bota.
Minuto 29.Quiroga forcejea con David García, al que comete falta. Pero el árbitro permite seguir la jugada que acaba con disparo desviado del argentino.
Minuto 30. Balón en profundidad para Sergio Suárez que vuelve a quedarse en solitario ante el portero. Le dribla hacia la derecha pero lanza al lateral de la red malogrando otra gran ocasión.
Minuto 35.Testarazo de David García a la salida de un córner que el portero gallego logra controlar en dos tiempos.
A la izquierda, Deivid trata de alcanzar un balón profundo (C. Torres)
Minuto 36. GOL 1-0.Chrisantus, en fuera de juego, se inhibe de participar en un pase vertical que persigue Nauzet. Este lo alcanza en el área, espera al portero y levanta el cuero al segundo poste donde aparece Vitolo para cabecear al fondo de las redes.
Minuto 39. GOL 1-1.Falta lateral en la izquierda del ataque lucense. La ejecuta con mucha rosca Pablo Álvarez. El balón pica ante Barbosa y se cuela por el ángulo superior.
Minuto 44. Internada de Sergio y Yoel vuelve a poner el cuerpo para evitar el 2-1.
Minuto 50.Pignol culmina una triangulación de ataque con un disparo cruzado fuera.
Imagen de la derecha, Murillo arrebata el balón a Quiroga, en una internada del Lugo (C. Torres)
Minuto 65. Nueva falta del Lugo. La cabecea Fran Pérez al larguero.
Minuto 74. Oscar Díaz dispara cruzado después de una recuperación gallega.
Minuto 88.Chrisantus alcanza el balón antes de que se pierda por la línea de fondo y su centro lo remata Vitolo para que Yoel, in extremis, vuelva a rechazar la victoria canaria.