Scheyer, el hombre coraje del Gran Canaria
23/08/2012

El nuevo jugador amarillo se reconoce un hombre preparado para todo tras haber sido capaz de superar momentos difíciles en su carrera

Juan Pedro Borrego

Cuando el Gran Canaria trabajó por contratar a Jon Scheyer (Illinois, 24 de agosto de 1987) quizás no era consciente de que estaba pujando por un hombre coraje. No es sólo su capacidad anotadora lo que atrajo a los responsables técnicos del club, sino su "versatilidad" dentro de la cancha, confiesa Berdi Pérez. Pero el escolta estadounidense de origen judío esconde tras de sus espaldas cualidades de trabajador que les hace conferir al Granca mejores sensaciones tras su fichaje. Ante todo, ha estado su capacidad para reponerse a una dura lesión en el ojo, producto de un golpe con Joe Ingles; y como demostración de su fortaleza para no dar por perdido nada, los 21 puntos que anotó en 75 segundos en su etapa preuniversitaria en un partido del ‘Chicago's Proviso West Holiday Tournament' entre su equipo los Spartans y los Panthers.

"Eso fue algo que ocurrió una vez en la vida y es complicado que vuelva a suceder", comentó Scheyer en su presentación como jugador del Gran Canaria 2014. Sin embargo, aquel partido lo terminó con un total de 52 puntos, algo que no era tan innatural para él, ya que en la tarde anterior había alcanzado los 41. Entonces ya era ojeado por Mike Kryzewski, el seleccionador estaodunidense en los últimos años y que le había fichado ese verano para la Universidad de Duke.

La historia de esos 21 puntos se empezó a gestar cuando su equipo había sufrido la máxima desventaja en el partido (71-58) a falta de 1 minuto y 24 segundos por disputarse en el encuentro. Pero Scheyder no quiso arrojar la toalla; y aportó esa asombrosa cifra de 21 puntos en el siguiente minuto y cuarto de partido y a punto estuvo de propiciar la remontada final de su equipo.

Tras su lesión, no ha podido ser el mismo. Ha tenido que adaptarse no sólo a nuevas competiciones, lejos de las ligas universitarias y escolares, y codearse con profesionales. "Llevo dos años jugando con las gafas. Me he adaptado y he progresado y creo que he mejorado en mis cualidades en todas las áreas del juego", comenta. Incluso, sonríe cuando se le cuestiona si será capaz ahora de volver a repetir aquella gesta de los 21 puntos en 75 segundos. Sabe que "eso ocurrió una vez en la vida y no creo que sea capaz de repetirlo, pero ¿quién sabe?".

La temporada pasada disfrutó en Tel Aviv de una notable experiencia en el Maccabi. "Allí he aprendido mucho de mis compañeros, que son grandes profesionales. Espero seguir aprendiendo aquí y poder aportar grandes cosas en el Gran Canaria y demostrar en la Liga Endesa lo que no pude demostrar en Israel", continuaba.

Pedro Martínez "quiere que juegue de uno o de dos, en ambas me siento cómodo. Me quedan dos meses para ganarme la confianza del entrenador y que él vea lo qué puedo hacer. Espero adaptarme rápidamente", confiesa. Lo principal, en estos momentos, es "trabajar duro" para poder corroborar en la competición las buenas vibraciones que despierta este Gran Canaria que él conforma. "Tenemos grandes jugadores, pero hay que entrenar con dureza para ver luego hasta dónde podemos llegar".


La influencia de Augustine

James Augustine sigue jugando para el Gran Canaria. El pívot norteamericano, que este año ha fichado por el Jimki ruso y que militó en las filas amarillas en los años 2008 a 2010, fue uno de los hombres que terminó por influir en la decisión de Scheyer para firmar por el Granca. Martinas Pocius y Kyle Singler (en la foto superior con Scheyer) le hablaron bien de la liga española, pero Augustine, natural también de Illinois, profundizó mucho más en la decisión de Scheyer y me dijo que "este era el mejor sitio para mi".

 

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