Asdrúbal-Héctor: el amarillo y azul en los genes
21/08/2012

Los hijos de Félix Oramas y Manolo Marrero coinciden esta temporada en el filial de Tercera División, que echa a rodar el domingo con un diluvio de ilusiones

M. B.

El fútbol en sus genes. Asdrúbal Padrón Hernández (13 de marzo de 1991) y Héctor Marrero Lorenzo (18 de julio de 1994) son ahora compañeros en el filial de Tercera División de la UD Las Palmas, que debuta el domingo frente al Gomera en el Anexo del Estadio de Gran Canaria. Comparten también una extensión personal de trayectorias en amarillo y azul. Porque son hijos de los ex jugadores grancanarios Félix Oramas (delantero 1987 a 1989) y Manolo Marrero (defensa 1976 a 1983) respectivamente. Descendientes en idéntica proyección deportiva y alumnos de dos técnicos de reconocido prestigio en el balompié grancanario.

Herederos de jugadores que, por el contrario, no tienen referencias directas sobre las características de sus progenitores, cuyas andanzas deportivas conocen a través de terceras versiones. Ahora el protagonismo les corresponde.

Asdrúbal y Héctor; en los recuadros superiores Félix Oramas (izquierda) y Manolo Marrero (derecha). (C. Torres)

Asdrúbal fue el primero en arribar a la Tercera División. Lo hizo en diciembre de 2010 y el próximo será su tercer ejercicio en el filial. Su mensaje para la próxima campaña es realmente potente: "El año pasado tuve la desgracia de lesionarme con una fractura de clavícula", observa, "pero marqué diez goles en diecisiete encuentros. Este temporada espero hacer veinte al menos" ... y con ellos alcanzar su próximo objetivo que es incluir su nombre en la próxima concentración estival con el conjunto profesional del club.

"Llevo el gol en la sangre como mi padre; eso sí lo heredé" comenta el joven ariete, todo garra en el terreno de juego. "Nunca le ví jugar al fútbol como profesional; alguna vez lo he hecho ahora con los veteranos y se nota la clase que tenía. Yo, en cambio, soy fuerza y pelea".


Asdrúbal: "Llevo el gol en la sangre; este año espero marcar veinte al menos"

 

Asdrúbal convive también con el apellido ya convertido en nombre adoptivo de los Oramas, al pertenecer a la zaga de futbolistas de distintas épocas que dejaron escuela en los terrenos de juego grancanario. Procede de Guanarteme donde, además del balompié, "me gusta coger olas, pero ya eso no lo practico. Estoy centrado en el fútbol, con una temporada en el filial que tiene buena pinta. Esperamos vivir momentos importantes con el grupo de jugadores que se ha reunido".

Dice Asdrúbal que "no suelo hablar de fútbol con mi padre", aunque asiste con rigor a los partidos del filial en el Anexo. "El pasado año merecimos más de lo que conseguimos. Todavía no sabemos qué nos pasó contra el Manlleu. El equipo se supo nervioso cuando lo tenía todo de cara y el ascenso se nos fue en un mal rato nuestro. Queremos cambiar y lograr el objetivo esta vez".

 

Héctor: "Mi padre siempre me aconseja que salga al campo y me olvide de todo; sólo divertirme"

 

Héctor Marrero, por su parte, está en su último año de categoría juvenil. Víctor Afonso le hizo debutar con 16 años pero ahora entra de lleno en la Tercera División. Es un centrocampista "de corte defensivo" añade y "uffff; ya he notado la diferencia de categoría. Es muy exigente y por ello estoy mentalizado para el trabajo y sacrificio" comenta.

El joven Marrero no oculta un momento su sonrisa: "Mi objetivo es ayudar todo lo que pueda al equipo y aprender el oficio. Escucho atento al míster y sigo consejos de mi padre porque para mí es un referente como persona y como entrenador también. Él ha ayudado a muchos jugadores que luego llegaron incluso al primer equipo. Me dice constantemente que cuando salte a un campo de juego me olvide de todo y disfrute de lo que estoy viviendo. Lo haré".

Héctor es parte de esa revolución que ha sufrido Las Palmas Atlético, con una profunda renovación de piezas: "Tenemos un buen equipo, con muchos jugadores nuevos que llegan del juvenil. Nos toca aprender. Espero ganarme la confianza del entrenador; me esforzaré al máximo pues nuestra misma competencia interna es muy dura".

 

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