Foto: C. Torres
Cuando Ibán Vizcaíno, líder del Unión Doctoral, salta al terrero para bregar, una vocecita recorre la noche desde el graderío llevándole el impulso anímico por si pudiera faltar. Es su hijo, un fiel seguidor del club y del ídolo paterno: "¡Vamos, papi, que tú puedes!". Sea cual sea el rival, el mismo ritual ... la última consigna siempre le llega. Y la mamá, filmando ... Todo queda en casa.