Foto: C. Torres
Último cuarto. Entrada de Carlos Cabezas y ... canasta del CAI Zaragoza. "Tiempo, tiempo". El peligro permanencía latente, apenas un puñado de puntos a favor cuando reaparecieron viejos fantasma. Detrás del banquillo local, el impasible (eso lo parecía) Lisandro Hernández no puede ocultar su sufrimiento. Las manos en la cara mientras la voz serena de Juan Carlos Cabrera le recuerda lo bien que está funcionando todo. Fueron momentos de angustia felizmente resueltos. El ex presidente, que es uno de los padres de este proyecto plagado de éxito, sentía el temor de una hecatombe deportiva, que por fortuna se evaporó. Luego, también recibió la felicitación de los que fueron sus colaboradores.