Los hombres del perímetro del Gran Canaria desnivelaron la balanza ante el CAI
Si algo ha tenido bueno este Gran Canaria es el haber dado la respuesta correcta en los momentos más comprometidos de la temporada. A pesar de los dudosos primeros meses de competición, de los relevos en el puesto de alero; y las lesiones inoportunas, el conjunto de Pedro Martínez ha sido capaz de dar la nota imprescindible para pasar de curso siguiendo su camino en la ACB. Ante el CAI, el Granca demostró tener nervios de acero para superar una prueba muy complicada en la que cada uno de sus componentes se jugaban algo más que el honor de jugar por un puesto en la cima. Descender a un equipo es una losa que siempre pesa en los profesionales. Perder la categoría cuando se aspiraba a metas superiores, un lastre complicado de superar.
Los números individuales dejan claro que en el momento definitivo, cada uno de los jugadores de Pedro Martínez supieron sacar a relucir sus virtudes por encima de sus defectos.
Bellas fue el director de juego necesario, que no dio su brazo a torcer pese a la oposición de un experto internacional como Cabezas. Su valoración de 19 y las seis asistencias de sus estadísticas hablaron por él.
Alvarado también tuvo su misión en el partido. Pese a ser el único amarillo con valoración negativa (-1), dispuso de un momento decisivo para sacar de sus casillas a Cabezas y sin arrugarse ante el veterano, aguantar el máximo de tiempo en la pista para aliviar la tarea de su compañero en la dirección del equipo.
Haynes ofreció una de sus mejores versiones. Con 18 puntos, 9 de ellos en tres triples de seis lanzamientos, fue un hombre complicado de defender para el CAI y sobre el que sus compañeros supieron y pudieron desahogar en los momentos más complicados.
Dowdell si que dio lo mejor de si desde que llegó al Gran Canaria. 12 puntos (2 triples en momentos de máxima angustia), 3 rebotes y 2 asistencias. Trece jornadas han costado llegar a este momento. Lo mejor es que llegó en el instante oportuno.
Savané volvió a tener una actuación discreta. El capitán ha sufrido mucho en esta temporada. Su puesta en forma, al menos la que se le conocía antes de su lesión en la campaña pasada, nunca ha aparecido. Ante el CAI alcanzó su techo reboteador en la presente temporada y le dio minutos importantes de refresco a Xavi Rey en el partido.
Bramos fue sin duda alguna el más incisivo de los aleros insulares. Desde el perímetro fue una pesadilla para la defensa del CAI y respondió en los momentos claves. Suyos fueron dos de los tres triples de la reacción definitiva de los locales.
Nelson es un líder que se gana el respeto de sus compañeros con calidad y cantidad. La dedicación en su trabajo es encomiable. Con 8 rebotes fue el mejor de los amarillos en esta faceta. Con su visión del juego, también tuvo la habilidad de asistir a sus compañeros.
Beirán no tuvo suerte en el lanzamiento exterior una vez más. Su misión en el partido fue muy específica, cerrando los rebotes zaragozanos -el CAI sólo pudo obtener 3 rebotes ofensivos-; y cuidar del tiro demoledor de Toppert.
Ekperegin recibió el mismo rol que Beirán. Sus 14 minutos en la cancha fueron un desahogo para los tres pívots que usó principalmente Pedro Martínez. Con un tiro encestado y otro que le hizo la corbata en el aro, pudo terminar con reconocimiento su actuación.
Rey tuvo un papel intimidador en el partido. Con su estancia en el campo, el partido cambia de imagen para el Gran Canaria, aunque ante el CAI sus números parezcan demostrar lo contrario. Tres puntos y 2 rebotes, 1 tapón y 1 balón robado quizás no reflejan su valor para el Granca. Eso sí, puede hacerlo mucho mejor.