
Las Palmas mostró un notable caudal ofensivo, pero no cubrió con goles de forma proporcional las numerosas ocasiones ante la portería del Numancia
Jaio dejó helado el ambiente del Estadio de Gran Canaria apenas doce minutos después de que las puertas de la promoción de ascenso estuvieran un poco más cerca para la UD Las Palmas. Fue un mazazo el gol del defensa soriano. David González había roto a un rocoso rival que se defendió con todo durante una hora para detener el notable caudal ofensivo que este sábado exhibió el cuadro grancanario. El tanto de penalti del 'diez amarillo' se convirtió así en una alegría efímera, aniquilada casi de inmediato por el zaguero del Numancia. Las Palmas había fabricado su ventaja a base de realizar un trabajo artesanal y colectivo, pero un día más el error en el marcaje de una acción de estrategia le impidió progresar en la clasificación y tuvo que consolarse con un empate 1-1 que, tal y como se desarrolló el encuentro ante el Numancia, supo casi a derrota.
Sientan mal estos contratiempos tan duros cuando el reloj estaba navegando en las proximidades del minuto 90. El resultado tan esquelético amarga una tarde prometedora donde los amarillos desplegaron un juego excelente; al primer contacto y profundo. Desde el inicio las combinaciones entre Jonathan Viera, David González, Momo y Vitolo tuvieron un criterio vertical al que sólo le faltaba el sello del gol. En la primera media hora, Las Palmas había lanzado en nueve oportunidades ante la portería soriana, pero la precisión no se alcanzaba en ninguna de ellas.
Parecía milagroso que el Numancia llegara al descanso con su despensa defensiva intacta; al contrario, puso Natalio mayor peligro cuando lanzó al poste en la primera de las escasas aproximaciones visitantes. Y más tarde, iniciada la segunda parte, volvió a encontrarse con la madera en un testarazo envenenado. Ese peligro implícito en las jugadas visitantes no lograba equilibrarlo en idéntica proporción el conjunto grancanario. Pero seguía lanzado con todo su arsenal en la búsqueda de un triunfo que le habría transportado por encima del propio Numancia en la clasificación.
Si la primera hora de encuentro había resultado explosiva, el único tramo del partido iba a doblegar su ritmo y las sensaciones. La doble expulsión entre Unai y Jonathan Viera desató las últimas avalanchas fraguándose instantes después el penalti que pondría por delante a los amarillos. Quiroga forcejeó con un defensa y esta vez el colegiado Jaime Latre señaló el máximo castigo cuando pudo haber intepretado cualquier otra situación del juego. David González, sereno, envió al fondo de la portería soriana el cuero. Pero la alegría fue efímera porque de otro despiste en acción a balón parado llegó el jarro de agua fría por mediación de Jaio.
Los partidos se miden con goles. Las Palmas falló de nuevo con la espada y por eso purga este defectos con puntos que emigran.